Que quería a Derek no era ningún secreto para nadie que nos conociera y hubiera convivido con nosotros, por eso no dudé en responder de la misma manera a su "te quiero". Aunque me sentía fatal porque las palabras eran las mismas, pero el sentimiento no lo era.
Tenía muchas ganas de llorar, y mientras abrazaba a Derek apreté mis ojos con fuerza para no hacerlo. Me sentía tremendamente mal por no poder darle a Derek todo lo que se merecía, no estaba preparada para perderlo, pero tampoco podía forzarme a sentir algo que no sentía... y menos ahora. Por eso cuando se me quedó observando tan intensamente uno segundos antes supe que iba a besarme y antes de que lo hiciera me lancé a sus brazos. No quería que me besara, pero quería demostrarle lo mucho que lo quería y lo importante que era para mí. Derek había sido, y seguía siendo uno de mis mayores apoyos, pero ahora todo estaba más revuelto dentro de mí. Y tras las últimas semanas con Jay, sentía que estaba haciendo algo malo si me besaba con Derek.
Jayson y yo no estábamos juntos, ni siquiera había una posibilidad real de que eso fuera a suceder. Pero el pasar tanto tiempo juntos, y sobre todo en que las cosas se relajaran entre nosotros, había hecho que mis sentimientos por él, los que tanto me aseguré de enterrar bien hondo en mi corazón volvieran a flotar, por mucho que tratara de esconderlos de nuevo. Además de algunos otros nuevos que ni siquiera sabían que existían, y es que a veces me daba la sensación cuando estaba con Jay de estar conociendo a una nueva persona, y eso me gustaba.
Derek besó mi cabeza con ternura, y me sentí todavía peor. ¿Por qué no podía quererle como se merecía? ¿Por qué en estos cuatro años no podía haber tenido una relación seria con él y lo había mantenido atado a mí con lo poco que le daba? Y entonces imágenes de cómo había dormido con Jay en mi cama, nuestros besos, caricias, nuestros encuentro en el baño de la discoteca, en su gimnasio, todo se vino a mi cabeza, y me separé bruscamente de Derek.
-¿Estás bien? – cuestionó un poco sorprendido por mi reacción.
-Sí, solo tengo un poco de sed. Voy a ir a por un vaso de agua – dije mientras me daba la vuelta para salir de la terraza.
-Espera – dijo sujetando mi brazo con delicadeza – Voy yo. Dentro estabas agobiada por la música y la gente. Yo te lo traigo – y antes de que pudiera decir más salió en busca de un poco de agua.
Y de nuevo aquel gesto de cariño y preocupación hacia mí que sabía que Derek no forzaba, era así con todas las personas que quería, me retorció el corazón un poco más. Me había sentido agobiada con la música y la gente, y al pedirle a Derek que me acompañara a la terraza no solo había accedido enseguida sino que se había asegurado de que me sentiera bien. Hacía demasiado tiempo que no estaba en una fiesta, y el tener tantas conversaciones y tantas miradas preguntándote que ha sido de ti en los últimos años, que tal iba tu vida... y un montón de preguntas más que para cualquier otra persona serían lo más banales del mundo para mi implicaban demasiadas cosas, me hecho colapsar. Además, haberme dejado llevar sin pensar y solo sentir no había ayudado en mi intención de pasar desapercibida. El baile con Jay había hecho que varios pares de ojos, incluidos los de nuestros amigos, y personas que nos conocían desde la universidad, por lo que sabían que habíamos tenido una relación en el pasado, estuvieran pendientes de nosotros. Y aunque me hubiera gustado hacerlo ni siquiera pude culpar al alcohol de aquel momento, porque cuando Jay llegó y me animó a bailar con él no me había tomado todavía ni una copa. Reconozco que me sorprendió ese gesto, pero al sentir sus manos de nuevo sobre mi cuerpo ya no había nada más que hacer, me dejé llevar.
Me daba miedo la sensación que tenía cuando estábamos juntos porque ahora más que nunca, Jay era casa, era hogar. Y cuando estábamos con Hope, los tres juntos sentía que pasara lo que pasara todo iba bien.

ESTÁS LEYENDO
Quiero Amarte#3 Trilogía EDL
Ficção AdolescenteCuatro años, cuarenta y ocho meses, más de doscientas ocho semanas, mil cuatrocientos sesenta días y más de treinta y cinco mil horas. Ese es el tiempo que Jamie y Jayson llevan sin verse. Cada uno ha seguido su vida intentando no saber nada de la d...