Capítulo 30 Jayson

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La última puta semana había sido cuanto menos jodidamente extraña. Mi vida personal se había calmado tanto, joder, que me resultaba hasta inquietante. Todo había vuelto a la normalidad o a lo que yo llamaba normalidad hasta que la jodida lesión me llevó de vuelta a Boston, y por consiguiente me enteré de que tenía una hija; y nada menos que con Jamie.

En lo deportivo todo avanzaba según los plazos descritos por los médicos. No es que estuviera totalmente recuperado, pero me quedaba muy poco para unirme al equipo, aunque fuera durante los entrenamientos. Eso me había ayudado a seguir una rutina durante estas semanas. Las mañanas se centraban en ir a las instalaciones del Chelsea, para después pasar las tardes con Chloe cuando ella salía de trabajar o incluso comer juntos el día que acababa pronto. Por las noches solía machacarme un poco más en el gimnasio de mi casa intentando recortar los tiempos o sobre todo no permitir a mi puta cabeza darle vueltas a temas que a cientos de kilómetros de distancia no podía controlar. Algunas noches el cansancio me permitía dormir algunas horas seguidas, pero la mayoría de ellas no solo me costaba conciliar el puto sueño si no que era jodidamente imposible dormir profundamente sin despertarme agitado por una maldita pesadilla.

La relación entre Chloe y yo, al igual que nuestras costumbres, había vuelto a ser lo que era. Parecía que el volver a Londres nos había situado de nuevo en el mismo punto en el que estábamos antes de irme, con la única diferencia de que ahora Chloe llevaba un anillo de compromiso en su dedo. A veces me sentía como si estuviera viviendo dos jodidas vidas al mismo tiempo. Necesitaba cuanto antes cerrar la única puta rendija que quedaba en una de ellas para centrarme en la que era lo mejor para mí, para todos. Pero el puto problema es que eso pasaba por hablar con Jamie, y dejar todo claro.

Y, joder, lo había intentado ayer al llamar a Hope como cada día, pero se había negado. Hoy ni siquiera estaba en casa cuando llamé, había salido, y como sabía a qué hora solía llamar había dejado su móvil en casa para que Hope, que estaba con Alex, contestara. Había sido extraño escuchar su voz, aunque fuera a lo lejos y con Hope de traductora por el medio. Y si por me quedaba alguna puta duda, que no la tenía, había podido notar que estaba enfadada. Por mi mente habían pasado mil y una jodida formas de cómo podía ser la mejor forma para proponerle hablar, pero puto momento me parecía el oportuno. Había dejado pasar una semana para intentar que la conversación fuera lo más relajada posible. Mi mierda de idea, porque estaba comprobando que no había funcionado como esperaba, era que si pasaban varios días desde que había anunciado mi compromiso en mis redes sociales todo estaría más calmado por las dos partes. Los dos habríamos asumido la nueva situación y simplemente sería una conversación sincera sobre nuestra nueva realidad. ¡Jodido iluso!

Quería a Jamie de eso no tenía ni una puta duda. Era mi intención decírselo, decirle que ella y Hope siempre serían importantes para mí. Eso no cambiaría aunque me fuera a casar y hacer mi vida al lado de otra persona. Y si el primer intento para hablar había sido un puto desastre: Jamie había dejado jodidamente claro que no me quería ni escuchar, y yo al estar Hope de por medio y no querer acabar discutiendo lo dejé estar. Me despedí tranquilo porque creía en tener mi oportunidad en otro jodido momento, pero viendo que hoy tampoco iba a ser posible perdí la pu... poca paciencia que tenía. No era ningún secreto para nadie que si algo me caracterizaba era no saber esperar.

Yo: Jamie tenemos que hablar

Puedo llamarte cuando quieras

O joder si lo prefieres podemos mensajearnos

Pero por favor avísame cuando puedas hablar

A lo mejor podía haberlo hecho de otra manera más políticamente correcta, pero lo que me salía era hacerlo de la forma más directa posible. No comunicarme con ella como si estuviera escribiendo un comunicado institucional.

Quiero Amarte#3 Trilogía EDLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora