Quiero Amarte#3 Trilogía EDL

Capítulo 8 Jayson

Estaba preciosa, y eso me jodía. Cuatro putos años sin verla y mi cuerpo seguía reaccionando de la misma jodida manera. Me costaba apartar los ojos de Jamie, de su cuerpo, de sus ojos. No había cambiado demasiado, el pelo lo tenía más largo y lo llevaba liso, pero en su rostro seguía resaltando aquellos dos pozos azules y sus labios carnosos. Su cuerpo, puede que fuera el vestido que llevaba, pero percibía alguna curva más que no hacía más que jodidamente deseable su cuerpo, me estaba poniendo malo. Cada vez que la veía a lo lejos mis ojos hacían un barrido hasta acabar en sus infinitas piernas. Tenían pinta de seguir tan jodidamente suaves como las recordaba. Mierda, joder, no podía dejar de fantasear con la jodida idea de follar con Jamie. Sentía como la tensión de su cuerpo me llamaba a metros de distancia, éramos como dos putos imanes.

Ahora mismo la estaba viendo bailar en el medio de la pista, y no podía separar mis jodidos ojos de ella. Al acabar de cenar tal y como teníamos pensado subimos a la discoteca que había en el piso de arriba. No pensaba quedarme mucho, mañana cogía un vuelo a Londres, pero me apetecía pasar un buen rato con mis amigos antes de irme. O eso pensaba antes de que Jamie apareciera en el maldito restaurante, según entró y antes de verle la cara ya sabía que era ella. Toda la piel de mi cuerpo se erizó y cuando se giró levemente y me encontré con sus ojos después de tanto tiempo me di cuenta que inconscientemente llevaba esperando ese puto momento desde el mismo día que me fui.

Al principio decidí ignorarla, estaba jodido por verla, y todavía más jodido por darme cuenta de que mis sentimientos o al menos algunos de ellos no habían desparecido, simplemente estaban hibernando. Cuando pasó a nuestro lado, y Kat le habló no supe si matar o besar a mi prima, necesitaba escuchar su voz de nuevo y a la vez cuando lo hice solo tenía ganas de callarla. Me puso duro en cuanto escuché como salía de sus labios mi nombre acompañado de un "vete a la mierda", lo había echado de menos, sonreí divertido. Pero ni todo eso conseguía rebajar ni un puto grado mi cabreo con ella. ¿Qué mierda escondía? ¿Qué motivo podría ser tan jodidamente importante para haber desparecido de esa manera? No se le veía cómoda ante las preguntas de Kat, pero tampoco dudaba de su decisión. Y cuando le dijo que la había ido a ver a su estreno supe que había derretido un poco el hielo que estaba siendo mi prima con ella esta noche. Pero a mí no me valía solo con esa mierda y, ¿a qué cojones se refería con que como me atrevía a mirarla? ¿Era consciente que era ella la que se había negado a venir conmigo para luego desaparecer como si nada?

Pensaba que no se iba a atrever a subir a la discoteca, que la mierda de reencuentro había acabado, pero unos quince minutos después la vi aparecer junto a sus amigos. Entre los que distinguí a Alex, que por como miraba y hablaba con el otro tío ambos eran pareja. Así que no Jamie esta noche no estaba con ningún tío. Escuché como Kat y Kiara hablaban de lo que Jamie le había dicho a mi prima cuando esta la siguió al baño. No pregunté porque no estaba dispuesto a arrastrarme ni una puta vez más por ella, pero me pareció escuchar que Jamie volvía a vivir en Boston y que trabajaba en una discográfica. Bien por ella, no me importaba una mierda. Mis amigos no hicieron ningún comentario, me conocían y sabían que no quería escuchar su nombre ni siquiera para apoyarme y decir algo malo de ella. A Kiara si la vi hablar un par de minutos con Jamie cuando se encontraron en la barra, pero la novia de mi amigo tampoco hizo ningún comentario cuando volvió a sentarse en los sofás que estábamos ocupando. Ella y Evan al venirse a vivir a Londres habían vivido de cerca lo jodido que había estado. Kiara se había convertido también en mi amiga, y, además de que se hubiera podido sentir mal porque Jamie se hubiera ido sin despedirse, tenía claro que estaba en mi equipo.

¿Y cómo cojones no iba a estarlo? Es que no había jodidos equipos aquí, solo una persona que no había querido luchar por nuestra jodida relación. Y si había entendido su miedo porque había estado casi tres putos meses en coma, pero eso no justificaba el desaparecer. Le habría dado todo, habría movido todo el puto Londres entero buscando los mejores médicos. Si estábamos los dos juntos no había nada que temer, pero Jamie prefirió tirar todo a la puta basura. Dos años luchando contra todo y todos por una persona para que ella no fuera siquiera capaz de intentar luchar por mí. Y más después de pasarme día y noche pegado a una puta cama de hospital porque creía que la había perdido para siempre. Y lo había hecho, no de aquella forma que no era capaz de pensar sin que me faltara el aire, pero de otra que también había sido jodidamente dolorosa.