Cápitulo 4.

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                     Matthew:

El día en el arrollo no fué como todos los demás, no siempre conoces a una despistada chica de ojos color Jade y un cabello negro azabache, y por si fuera poco un cuerpo espéctacular. Sí sobretodo me fijé en su figura pero en fin estuvo bien, tomamos unas cuantas cervezas con su familia y ahora mi papá es amigo del suyo.

—Matt, baja a cénarr.—el gritó de mamá me saco de los pensamientos que me tienen absorvido desde que volvimos a casa.

—No voy a cénar, saldré.

—¿CÓMO QUE SALDRÁS?.

—Mamá ya estoy bastante grandecito.—rodee los ojos mientras bajaba hacía la cocina,siempre hace el mismo drama.

—Al menos dime a donde irás Matt.

—Voy a casa de Ly, hace dos días no me llama y me empiezó a preocupar.

—Eres un gran amigo mi niño.

—Por supuesto.—sonreí con descaro.

Si supiera qué lo que hacemos no es para nada de amigos, Ly es y seguirá siendo la única persona que me deja probar su cuerpo sin encapricharse conmigo y eso debe mantenerse así, salí en busca de mi camioneta 4×4 color negro a su vez desactivé el seguro quien hizo que las luces color violeta se prendieran , la encendí y me puse en marcha la casa de Lyla esta a media hora de la mía al llegar toqué dos veces el timbre mientras le marcaba.

—¡QUE YA VOYYY!.—Conocería esa voz chillona siempre, y allí estaba la peliroja más candente que tengo en mi vida mi mejor amiga.

—¿Matt?.

—El mismo.—dije dándole un beso peligrosamente cerca de los labios.

—¿Qué haces acá?.

—Te extrañaba y no sabía nada de ti.—respondí pasándo por su lado para entrar en su piso.

—Estoy términando la cena ¿gustas algo?.

—Sí la verdad.

La tomé de la cintura y la pegué contra la pared inmediatamente empecé a devorar sus labios y ella no dudo en corresponderme, baje por su cuello dejándo besos húmedos saqué la playera gigante que traía puesta déjandola solo es pantys y con los senos al descubierto estando a punto de estrújarlos me interrumpió.

—O...oye—dijo con la voz entre cortada.

—¿Si?.

—¿Hasta cuando haremos esto?.

—¿Qué?.—me separé sorprendido por su pregunta.

—Si Matt, siento que no esta bien.

—No me vengas con esas mamadas cuando tenemos años haciendo esto.

—Por que me gustaba.

—¿Y ahora no?.

—No he dicho que no, pero.

—¿Pero?.

—Pero, no esta bien Matt eres mi mejor amigo.

—Siempre lo he sido y te da igual ¿En que cambia todo ahora?.—dije mientras me sentaba en el sófa.

—Qué estoy enamorada.

—No me vengas con esto ahora.

—No es de tí, eso sería lo último que haría en la vida.

—Me ofendes.—me rascaba la barbilla para tratar de comprender lo que quería explicar la mujer que tengo al frente.

—Estoy enamorada de Ian.

Azúl Cielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora