Cápitulo 21.

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Michell.

Llegamos bastante tarde del cumpleaños de Matthew, Maikol fué el único que no bebió pero me miraba extraño supongo que debemos tener pendiente la plática de hermano mayor y menor, subió con Brenda y Mike se fué hacía la cocina, Danielle y Amanda se despidieron de mi y acórdamos que al día siguiente iríamos de compras, bueno, cúando amaneciera seguía pensando en lo nervioso que se veía mi padre la noche anterior.

No aconstumbra a verse tan serio, nervioso y molesto a la vez pero no quise darle tanta importancia quizás fué algo en el trabajo, o lo de Matthew conmigo, me desvestí y lancé a la cama con sólo mis bragas estaba muy cansada cúando estaba casi dormida mi móvil empezó a sonar lo tomé y una sonrísa apareció en mi rostro, era Matthew.

—¿Si?.—pregunté sonríendo

—Estoy afuera.—soltó entonces

—¿Qué haces aquii, estas loco?.—me sobresalté y me incorporé en la cama hasta quedar sentada.

Si Matthew estaba afuera, papá pronto saldría a trabajar casi eran las 5:00 am y si él había venido en su camioneta papá lo sabría, entonces no tendría cómo negarle que no esta pasando nada entre los dos.

—Necesito dormir contigo.—dijo un minuto después.

Casi pude imaginar su cara de pícardia.

Me encantaba este hombre.

—¿Viniste en tu camioneta?.—pregunté

—No, pedí un taxi.—respondió con sárcasmo.

—Es enserio, nadie puede ver esa camioneta a esta hora aquí.—rodee los ojos, cómo si el pudiera verme.

—Hablo enserio Michell, ven abre la puerta.—y cortó.

Tomé un súeter que me quedaba bastante grande salí, y allí estaba él, apoyado en el marco de la puerta apenas me vió sonrió con pícardia y habló.

—Dime qué sólo traes unas pequeñas bragas debajo de eso por favor.—se mordío el labio inferior y casi me desmayo ahí mismo

—Si, pasa, pasa.—Dije tómando su brazo para cerrar la puerta.

Subimos corriendo las escaleras, y entonces la puerta de la habitación de Maikol se abrió y casi me da un infarto vería a Matthew y le contaría a papá, no tendría ninguna excusa pero para mi suerte era Brenda quien nos miró y nos sonrió a ambos.

—No hagan ruido, Maikol esta dúchandose para dormir apenas.

—Gracias Brenda.—dije nerviosa.

—No diré nada cariño, secreto de cuñadas.—y con eso bajó las escaleras.

Matthew seguía callado hasta qué entramos a mi habitación y me lanzó sobre la cama.

—Por lo menos me puedes dar las buenas noches.—dije con cierto tono de molestia

—Claro que seran unas buenas noches.—sonrió de lado y cerró la puerta.

Se sacó la ropa y quedé boquiabierta, tiene un cuerpo de impácto usar ropa para él debería estar prohibido no se en que momento empecé a morderme el labio con fuerza pero él se dejo caer sobre mí y lo soltó de mi agarre, subió mi suéter hasta quitarmelo déjandome sólo en bragas frente a él, el poco sueño qué tenia había desaparecido totalmente y estaba más despierta qué nunca el buscó mis labios y yo correspondí a su beso, con ganas y desesperación cómo siempre su mano se coló por mis bragas y lo próximo que sentí fuerón sus dedos dentro de mi.

Solté un pequeño gemido ahógado, era obvio qué tenia experiencia en esto me acostó, con una mano presionaba la parte baja de mi abdomén y con la otra hacía magía dentro de mi cerré los ojos y me deje llevar, pensaba qué era plácer pero cúando mordío uno de mis pechos suavemente gemí, me miró y pude ver sus ojos casi oscuros de deseo, lo estaba disfrutando tanto o igual que yo.

Azúl Cielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora