Cápitulo 24.

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Matthew.

Me desperté casi a las 3 de la mañana, con un jodido dolor en el pecho que casi no me dejaba respirar, estaba agitado íncluso nervioso pero ¿Por qué?, de pronto pensé en Michell, ¿Estaría bien?, luego de mirar él móvil un rato logré cálmar mi cuerpo y me dormí enseguida.

Michell había llegado a mi vida, cómo un jodido arcoíris entre el día gris. No es qué mi vida fuese tan trágica e incluso no le metía dramátismo a esto, pero cuando ella me sonreía era imposible no tener ganas de hacer lo mismo, su mirada te ponía nervioso, sus ojos color Jade eran bastante intensos parecían estar brillando a cada rato, eso era ella, luz.

Parecía y es tan frágil, pero a la vez mostraba una especie de aptitud qué te atraía, no sólo su físico él cúal estaba perfecto era su forma de ser, cómo por ejemplo que a pesar de tener bastante dinero su apellido era bastante conocido por el éxito de su padre pero ella seguía prefiriendo comer algo sencillo, incluso hacer un delivery de pizza, o sólo comprar algo cuando fuese necesario, ¿y cómo se sonrojaba? era algo aún más atrayente, tenía una especie de imán qué me llevaba directo a ella, a su cuerpo.

Estaba seguro qué estaba pérdido, mis días giraban entorno ella, me encontraba deseando verla, pénsandola, deseandola, y ese miedo horrible de no ser lo qué ella necesita.

¿Quién amaría a alguién con mi maldito pasado?.

Ella no.

Me repetía a mi mismo, no debía sentir esta jodida atracción, la cúal me condenaría a querer tenerla siempre, a ser su jodido hilo rojo del destino y ella no merecía estar atada a alguien, no a mí.

Azúl Cielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora