Azúl Cielo.

Cápitulo 29.

Michell.

Cinco putos días en el hospital, los hematomas habían casi desaparecido y mi cara no estaba hinchada lo poco que se veía extraño lo ocultaba con maquillaje, Matthew me llamaba cada día pero nunca le respondía, hablé con Ian y le pedí disculpas por mi aptitud intentamos llevar una amistad ahora, mi padre y hermanos han hablado conmigo sobre el tema de Matthew asegurando que no fué violación, pero no puedo creerle, ver esas fotos y el video es, fué traumante.

Por otra parte no han dado con pistas que incriminen a Alí, o Alison en mi secuestro, lo último que supe fué que el mismo guardia que ayudó a Matthew con las cintas de los videos del estacionamiento amaneció muerto y las grabaciones pérdidas, supieron hacer las cosas... Al principio sentía miedo de que pudiesen vólver a lástimarme y en parte tuve mucho miedo de morir pero ahora me encuentro decepcionada, de él, no esperaba que me contara toda su vida. Después de todo no eramos nada, pero un poco de confianza no hubiese estado mal para mi.

—¿Puedo pasar?.—la voz de Lorena me saca de mis pensamientos.

—Pasa.—contesto tómando mi célular

—Estan tus amigas abajo cariño.

—Diles que suban nani.

—Insisten en que bajes.

—Esta bien, ya voy.—le sonreí

Luego de que Lorena salió de mi habitación, tóme una coleta y me até el cabello mi cuerpo exigía ir a un Spa todo el estrés de lo sucedido aún no desaparece una gran parte de mi, necesita ver a Matthew, estos días sin saber de él han sido un castigo, sin verlo, sin tocarlo... Debo ser fuerte, me repito casi a diario para no mandar todo al carajo y llamarlo.

Bajé las escaleras y allí estaban Amanda y Danielle con bolsas de gomitas al verme ambas sonrieron, cómo si lo hubiesen ensayado.

—Saldremos.—comentó Amanda.

—No, nos puedes decir que no.—sonrió Danielle

—Saben que no tengo ganas de salir.—rodeé los ojos.

No era la primera vez que intentaban sacarme desde lo ocurrido, pero la verdad es que tenía algo de miedo.

—Por favor Michi, ya pasó casi una semana.—hizo puchero.

—Dani, tu más que nadie sabes qué cuando no tengo ganas de salir, no salgo.—me senté en medio de ambas y tóme muchas gomitas

—Sólo esta vez.—continuó amanda.

—¿Me lo prometen?.—las miré a ambas.

—Sólo esta vez.—Danielle me abrazó y Amanda se nos unió.

Luego de irse, quedarón de pasar por mi a las 8  supongo qué eso significaba qué el chófer de mi casa nos llevaría por que ellas no conducen y ,a mi no me gusta subí las escaleras aún más desanimada y al llegar a mi habitación el móvil estaba sonando, lo tomé sin chequear quien era y allí estaba su jodida voz.

—Sólo escúchame por favor Michell.

Tuve qué respirar un par de veces, para no colapsar y decirle que no me dejará sóla nunca, que viniera a verme y qué me dijera que todo iba a estar bien.

Pero otra parte de mi, una muy grande, sentía miedo de él.

—Adiós Matthew.—respondí seca.

—Tenemos que vernos.—insistió

—¡NO!.—Casi grité

—Sólo quiero que me digas si en algún momento yo te hice daño.

—Adiós Matthew.—repetí por segunda vez