Michell:
Muchas emociones luego de que nos besamos por primera vez en la cafetería, yo sólo quería ir por un helado, pero luego de ese beso no logré pensar con claridad mis piernas estaban temblando, la manera de besar de ese hombre me iba a matar pero cómo siempre, lo bueno dura poco.
¿Me juzgarían por lo que le hice Ian?, la respuesta era fácil SI, ningúna otra persona que no haya visto lo ocurrido desde tus propios zapatos siempre te va a críticar, amaba a Ian y en tres años jamás dudé de nuestra relación o de lo que él me hacía sentir, pero cúando conocí a Matthew sentí curiosidad, luego vinieron demasiados sentimientos qué aún no se explicar pero sé que son fuertes, son fuertes por que me llevarón a estar aquí cómo una rebelde adolescente frente a mi padre, y mis hermanos para anunciar que ya no quería estar con Ian.
Tóme valentía, y fuí detrás de Matthew hacia el despacho de mi padre, estaba alejado de la sala y mi padre habia cerrado la puerta apenas entró antes de qué Matt abríera la puerta me pusé de puntillas, y con los brazos al rededor de su cuello nos besamos, con sólo una puerta de distancia con mi padre, él se acercó a mi oído y susurro:
—Deseaba tanto besarte, déjame hablar a mi, soy mayor, y cualquier cosa que pase vengo por ti a las 12.—me dio un pico en los labios y sin que yo pudiese responder abrió la puerta.
Al entrar mi padre tenía una copa de vino, estaba nervioso, es increíble cómo vamos conociéndo a las personas, y yo a mi padre lo conocía demasiado estaba nervioso, y molesto probablemente entonces Matthew decidió hablar.
—Esta demás decir qué lo respeto, es amigo de mi padre por lo tanto su familia es sólo una conocida para mi, su hija Michell sólo es una amiga a la cúal me encuentró cónociendo tengo entendido todo sobre su relación y mi interés hacía ella no es él de tener una relación de noviazgo.—soltó entonces serio
Mi padre se llevó la copa a los labiod y trad un sorbo respondió.
—Eso lo sé.
—¿Entonces?.—pregunté confundida.
—Michell, nos hemos tenido una confianza increíble desde siempre, he sido padre y madre sin importarme tener que aguantar que tuvieses novio a los diesiseis, desde entonces supe que estabas muy chica para entender qué una relación de años no siempre te llena totalmente y Ian nunca me atrajo para ti, pero no por eso, puedo permitir que tengas otra pareja en una semana.
—No soy nada de Matthew.—dije molesta.
—Por ahora, no soy pendejo.—dijo en un tono de voz que no me gusto.—Te quiero cerca de mi hija, cómo amigo no soy de repetir las cosas dos veces Matthew y tu padre lo sabe.
—Tranquilo.—soltó Matthew, estaba tenso y lo pude notar.
—No quiero seguir con Ian.
Ambos me mirarón perplejos pero mi padre asintió y salió del despacho no sin antes decir:
—Cómo amigos Matthew, sólo eso... Haré que Ian se vaya y hablaré con tus hermanos, tus amigas estaban más nerviosas que tú.—y con eso cerro la puerta dejándonos sólos.
Matthew no pensaba decir ni una sóla palabra, entonces me tomé el atrevimiento de mirarlo a los ojos y ese Azúl Cielo me recibió con un bonito brillo por las luces, eso era otra cosa que me gustaba de él, sus ojos, hoy traía un atuendo informal y parecía mucho más jovén sonreí y el me miró.
—¿Te causa gracia, mirarme con deseo?.—dijo sonríendo, con una sonrísa que no le llegó a los ojos.
—¿Qué es deseo?.—pregunté rodando los ojos.
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Azúl Cielo.
Novela Juvenil-------------------•-------------------- AZÚL CIELO. ¿Si la mayor parte de tu vida te han mentido, debes hacerlo tú también.? Recúerdo que esa era una de mis preguntas favoritas hacía mi psicóloga Estrella Leister. Allí estaba...