Cápitulo 8.

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Matthew.

Cuando recibí la llamada del número desconocido, no sabía quien sería o qué querría pero al escuchar la voz de Michell me sentí aún más desconcertado,al llegar al despacho de su padre y encontrarla sólo en bragas me sentí incluso nervioso, cosa que nunca me había pasado acepte estar con ella por qué yo también lo necesitaba pero estaba algo tomada, no quería que sintiera qué yo la estaba presionando o qué luego dijera que la había forzado a estar conmigo pero sobre todo no pensaba repetir la historia, esa que me persigué y tanto me he forzado por hacer desaparacer.

Al llegar a casa luego de estar con ella, me sentía el doble de atraído ella no salía de mi cabeza ni un segundo, apenas logré dormir y a la mañana siguiente me levante para ir a la universidad estaba en mi último semestre de Administración de empresas, para así luego apoyar con más conocimiento a mi padre pero el tema de Kaia no me dejaba tranquilo tampoco, me duché, me apliqué loción, me puse mis vaqueros negro, y una camisa negra mis zapatos e intenté peinarme pero mi cabello era demasiado rebelde para obedecerme bajé a desayunar y me encontré con mi familia en la mesa mientras Miranda la encargada les servía todo.

—Buenos Días.—dije dándole un beso a mamá en la mejilla.

—Buenos días cariño.

—Buenos días hijo ¿qué harás hoy?.—preguntó papá levantando la mirada del períodico.

Me devute a fijarme en mi hermana, la habían levantado seguramente llevaba unos lentes oscuros y no se había esforzado mucho por arreglarse cómo lo solía hacer.

—Iré a la universidad, luego tal vez pase por la empresa ¿necesitas algo?.—pregunté para luego tómar de un sorbo mi café.

—La verdad sí, necesito hacer unos viajes de negocios y quiero ir con tu madre tendrás que estar pendiente de las dos empresas, La de los Ángeles y esta, en California.

—Si podría, a la universidad sólo debo ir a presentar unos cuantos exámenes listo y de Kaia me encargaría que me acompañe.

Esta por fin se fijó en mi, y se retiró los lentes.

—¿Acompañarte?.—preguntó frunciendo el ceño.

—Sí, no pensarás que te dejaré sola con Miranda para qué hagas lo que quieras y no te conviene llevarme la contraria.

—Harás lo  qué tu hermano pida.—dijo mamá

Esta no ocúlto para nada su enojo, tómo su móchila y salió por la puerta principal luego
Simón entró a avisarnos que la llevaría a la escuela una preocupación menos para mi, términe de desayunar y me encaminé hacia mi camioneta para ir a la universidad pero un mensaje llegó en mi célular y decidí fijarme era Lyla.

Ly<3: Mi coche se ha dañado, ¿podrías pasar por mi?.

Teclée la respuesta y ande hacía su dirección mientras conducía no podía dejar de pensar en Michell, me volvería loco si seguía así sin darme cuenta ya estaba llegando al departamento de Lyla ella me estaba esperando en la puerta del edificio con una sonrísa en cuanto me vió, entró y me saludó con un beso intenso en los labios.

—¿Y eso a que se debe?.—pregunté confundido.

—A que te quiero por venirme a buscar.—dijo entre risitas

—¿Sólo por eso?.—Bromeé

—Si Mattisito.—rodoo los ojos.

No tardo en colocar una de sus músicas raras ya me la sabía de memoria siempre ponía la misma de Doja Cat llegamos a la universidad nos despedimos y cada uno se dirigió hacía sus clases luego de ver unas cuantas materias y morirme de aburrimiento me fué imposible no fijarme en que había un grupo de personas en la cafetería al rededor de una mesa en partícular y allí estaba ella.

Azúl Cielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora