Cápitulo 33

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Matthew.

Estaba tan jodidamente hermosa que no me pude controlar. Se encontraba retocándose el maquillaje mientras todos se organizaban, me concentré en hablar con Danielle sobre el evento. Lyla también se gradúa hoy y estoy feliz por ella, el siguiente soy yo.

Una mujer, de la edad de mi madre tal vez. Llamó mi atención, sin duda tenía el mismo color de los ojos de Michell y por eso se me hacían familiar.

Justo hablando de ella.

—Debes ver a Amanda esta preciosa.

Espere una respuesta por parte de Michell pero su mirada estaba fija en una sola dirección: La mujer de ojos color Jade.

Se puso pálida y lo siguiente que sucedió fue que se desmayó.

Con cuidado Danielle y yo la sacamos sin llamar mucho la atención y fuimos al coche, tomé un poco de mi loción y luego de aplicarme un poco en la palma de mi mano. La moví cerca de su nariz.

—Esto no esta bien.—Danielle a mi lado caminaba de un lado al otro.

—Cálmate.—intente tranquilizarla.—Seguro no es nada.

—La embarazaste, como mierdas me voy a tranquilizar.

—¿Qué?.—pregunte conteniendo la risa.

—¿Qué?.—repitió ella en tono burlón.

—Solo se desmayó.—insistí

—No suele sucederle, la embarazaste yo sabía que esto iba a terminar pasando.—sus tacones resonaban.

Me estaba poniendo nervioso.

Muy nervioso.

—Que no lo está y ya.—rodee los ojos

Cuando Danielle por fin se calmó,  me ayudó a sostenerla mejor y juntos logramos que reaccionara sola.

—No quiero estar aquí.—respondió somnolienta.

—Pero, es la graduación de Amanda.—dijo Danielle y pude sentir el tono de decepción que transmitía su voz

—¿Estas bien cariño?.—trate de acercarme pero ella se levantó sola del coche.

—Sólo quiero irme a casa, ¿puedes llevarme Matthew?.

Su voz era tan distante, que por un segundo temí haber hecho algo mal cuando estábamos en el coche hace unas horas.

—Si, claro.

—Nos vemos entonces, cuídate.

Danielle se acercó con cautela para abrazarla, pero esta se puso el cinturón y cerró de un portazo.

—No se que le pasa, pero hablaré con ella.—La tranquilice y nos despedimos con un cálido abrazo.

Nos habíamos vueltos muy amigos, y la verdad entiendo el por qué Michell la quiere tanto, es una gran chica a pesar de haber pasado por tanto.

Azúl Cielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora