07

3.2K 198 17
                                    

—Me presento, soy ______— sonrió amablemente la chica.

—Christopher Vélez— sonrió de igual manera.

—Hoy Mica estuvo en una pelea con una niña de otro grado, la niña no tiene golpes graves pero si algunas lastimaduras que sangraron...

—¿Por eso ella estaba lastimada?—____ asintió con la cabeza.

—Si, hablé con el director y solo la van a suspender por tres días para que piense en sus actos e impulsos. Pero la otra niña también se llevó su castigo.

—Entiendo, ¿Por qué peleó?— él se daba una idea del por qué, pero quería que aquella maestra lo confirmara.

—La niña comenzó a decir cosas sobre la apariencia de Mica. Dijo que estaba gorda, que el uniforme no le quedaba y demás cosas. Hablé con Mica y hay algo que me preocupa de ella.

—¿Qué?

—Me contó que ella no podía creer que estaba gorda, que había dejado de comer para no verse así y que ya no sabía que mas hacer para cambiar su aspecto.

A Christopher se le formó un nudo horrible en la garganta, era tan horrible imaginarse a su hija diciendo eso. No podía creer todo lo mal que la estaba pasando Mica ahora.

—Yo la aconsejé pero también queda en usted. Ella me prometió que iba a comer y que iba a dejar de excederse con el ejercicio. Pero usted tiene que acompañarla y ayudarla a que ya no se sienta así.

—Maestra yo siempre le aconsejo, le digo que ella está bien así que no necesita hacer dietas, que ni siquiera son dietas porque literalmente está dejando de comer y eso me preocupa porque puede caer enferma o algo.

Ahora christopher estaba más que preocupado por su pequeña Mica.

(...)

—¡Mica, papá te llama a su oficina!

Se escuchó la voz de su hermana  del otro lado de la habitación, la niña solo respondió un "okay". Dejo las pesas para hacer ejercicio a un lado y salió de su habitación con una botella de agua en mano.

Caminó por el pasillo y tocó la puerta hasta que un audible "pase" se escuchó. Mica dió un suspiro y abrió la puerta para pasar.

—¿Me necesitabas papá?

—¿Podemos hablar?— Mica asintió con la cabeza, cerró la puerta detrás de ella y se sentó en la silla frente a su padre.

—¿Que pasa?

—Hablé con tu maestra y me contó todo.

—Papa te juro que no voy a pegar más, pero esa niña merecía el golpe.

—No es si se lo merecía o no Mica, hablando todo se arregla. Se lo que te dijo la niña, pero tú y yo ya hablamos sobre eso.

—Papá...— Mica agachó su cabeza y comenzó a jugar con la botella de agua que tenía en sus manos, Christopher rodeo el escritorio y se puso a un lado de su hija. Mica en ningún momento quizo mirarlo.

—Sabes que tu madre siempre quería hacer dieta solo para tener la cintura que le exigían, pero ella para mí era perfecta. Su cintura era perfecta, pero ella no lo veía, ¿Y sabes que pasó al final?

—No, ¿Que pasó?— preguntó aún sin mirar a su padre.

—Tu madre cayó enferma y todo lo que no comía en esos meses lo tuvo que comer en una semana. Fue muy difícil para ella.

—Yo quiero ser como Jaz, ella tiene un cuerpo perfecto— Christopher abrazó a su hija y ella correspondió enseguida escondiendo su rostro en el abdomen.

—Tu estás bien así Mica, no necesitas nada. Y no puedes ser igual a Jaz, sería aburrido si todos seríamos iguales ¿No crees?

—Pero en el colegio...

—Si te dicen esas cosas es porque te envidian, porque ellos quieren ser igual que tú.

—¿Entonces Jaz también me envidia?

—Puede ser. Aunque no lo creo, tu hermana no sería así.

—Lo siento, papá...

—No lo sientas, hija. Prométeme que vas a comer y no te vas a saltar nada, ¿O acaso te quieres enfermar?— la niña negó con la cabeza— bueno. Entonces come, ¿Está bien?

—Si papá...

Maratón 5/5, mientras más comenten y voten, más rápido tienen los capítulos :)

¡Fin del maratón!

Papá soltero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora