44

1.6K 118 11
                                    

Christopher suspiró y abrazó más fuerte el cuerpo que tenía entre sus brazos, deja que su nariz lo guíe  hasta donde sentía el rico aroma de aquel perfume. Bajó más su rostro y chocó contra el pequeño hueco que había entre la clavícula y el cuello de aquella persona, vuelve a suspirar y sonríe inconscientemente.

La chica se da vuelta aún con los ojos cerrados y de abraza más al de tez pálida, Christopher sonrió de lado y la abrazó aún más fuerte a _____.

Si así se iba a sentir cada vez que despertaría al lado de su novia, el quería que todas las mañanas ella estuviera junto a él.

— Buen día...

La chica sintió morir y revivir en este mismo instante. Amaba la voz del chico y escucharla apenas se despertaba le encantaba y le hacía amarla aún más. Sonrió levemente y dejó un pequeño beso en la mejilla de Christopher.

— No...— susurró él al sentir que quería besarlo en los labios.

— ¿Que pasa?

— No me lave los dientes...

— Yo menos...

—¡No me beses!— la chica trato de sacar las manos del chico de la boca de él, pero este por obvias razones tenía más fuerza que ella. Pero tuvo una mejor idea.

Se puso a horcajadas sobre él, y teniéndolo controlado, le sacó las manos de su boca. Apenas lo hizo estampó sus labios con los de él, Christopher rodeó la cintura de la chica y correspondió el beso. ____ sonrió en medio de este y con sus manos comenzó a acariciar la cabellera de Vélez.

— Eres un dramático.

— Al menos me hubieras dejado lavar mis dientes...

— Yo también lo tengo que hacer y no ando co una loca— volvió a besar los finos y deliciosos labios de Vélez, Christopher dió un leve apretón a los costados de la cintura de ella haciendo que esta inmediatamente riera.

— Tengo cosquillas— susurró sobre sus labios?

— ¿Ah sí?

— ajm— Christopher no espero más y en un rápido movimiento dejo a _____ debajo de su cuerpo. En un abrir y cerrar de ojos comenzó a hacerle cosquillas haciendo que riera como una loca rogándole que la dejara en paz y no le haga más cosquillas pero él siguió haciéndolo u no le hizo caso a la petición de la pelinegra.

Adoraba la risa de la chica, era tan única y graciosa a la vez que él nunca se cansaría de escucharla, nunca iba a dejar que esa hermosa risa se desvaneciera porque él amaba verla feliz y más aún si era él el causante de aquella risa.

— ¡Ya Christopher!

— Con una condición...

— ¿Cuál? Por dios, dime— reía mientras trataba de separar las manos del chico de su cuerpo pero le era imposible.

— Que me regales muchos besos— acercó su rostro al de ella.

— Claro— _____ sonrió de lado y con sus brazos rodeó su pálido cuello, Christopher dejó descansar sus manos a cada lado del cuerpo de su novia para luego juntar sus labios y besarla con intensidad.

Nada que ver a los besos que se daban antes, este era más apasionado y no solo demostraban su amor por el otro, también demostraban una intención más altas que las otras.

Christopher paso su mano derecha por debajo de la remera de dormir de ____ haciendo que sintiera la gran pálida y fría mano de Vélez.

— Chris— suspiró entre medio del beso y al escuchar aquel jadeo Christopher se separó enseguida de ella. Se sentó rápidamente en la cama al lado de ella.

— Lo siento...— agachó la cabeza algo avergonzado, se había pasado de verdad.

— Oye no...— bajó su remera y se acercó a él.

— Me pasé, lo sé— la interrumpió y su novia lo abrazó.

— Somos grandes y tenemos necesidades, tu eres un hombre y yo una mujer, entiendo que necesitas más que estúpidos besos porque yo también lo necesito— dejó un pequeño beso en el cuello de él.

— Lo siento...— _____ negó con la cabeza, agarró la mano derecha de él y la llevo debajo de su remera.

— Soy tuya y puedes acariciar todo lo que quieres, se que me quieres y que quieres conocer más de mi cuerpo. Creo que sí empezamos en este tema de apoco, vamos bien...

— No quiero que te sientas presionada...— observó los ojos de la chica y esta negó con la cabeza regalándole una sonrisa.

— Para nada— volvió a besar al chico mientras que este dejaba pequeñas caricias en su abdomen.

Papá soltero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora