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Pov ______

Un mes, exactamente un mes había pasado desde la gran noticia que le habíamos dado a la familia, todo estaba yendo bien. Christopher seguía con normalidad en la empresa, las niñas estaban en épocas de examen ya que quedaban los últimos meses para terminar el año.

Mi abuelita en la casa quedó sola con Jimin, por eso le habíamos buscado un pequeño departamento para los dos, Taemin se terminó mudando con el doctor, increíble, al que menos le tenían esperanza de vida le estaba llendo bien.

— ¡Ya nos vamos!— gritó Jaz feliz y yo salí de la cocina para despedirme.

Era fin de semana, Jaz se iba a quedar a dormir en la casa de su amiga y la señora Vélez la llevaría.

— Te cuidas, y nada de dormir tarde, ¿Okay?

— Sip, déjale un saluda de mi parte a Kendall— se despidió de mi con un beso y sin más corrió al auto donde mi suegra la esperaba.

Eso también, al final habían podido terminar con la adopción de Kendall, un niño súper bueno, tierno y hermoso. Kuyng estaba muy feliz y ni hablar de las niñas, desde un principio se llevaron bien con él.

Kendall era un niño alegre, divertido y sobre todo protector, era hermoso ver cómo cuidaba a Kuyng o como le hablaba y aconsejaba cuando se caía para que no le vuelva a pasar, y kuyng estaba súper cómodo con él.

La verdad Keila y Zabdiel tenían unos hijos hermosos y muy unidos, ojalá también mi pequeño sea gual con Mica y Jaz.

Ojalá que mis hijos sean unidos.

[ 🥀 ]

— ¡______!— Christopher entró a la habitación gritando y yo me asusté.

— ¿Que pasa?

— Soy un mal padre, ¿Cómo puedo ser asi?— comenzó a hablar alterado mientras caminaba de un lado a otro.

— ¿Que sucede?— me levanté y me acerque a él preocupada.

— ¡Soy un hombre horrible, no me hables!— se dió la vuelta y tapó su rostro con sus manos.

— Chris...— acaricié su espalda.

— ¡Soy un mal padre!

— Oye, no...— lo di vuelta para que me vea y lo abracé, él rodeó mi cuerpo con sus brazos y escondió su rostro en mi cuello, sabía por qué estaba así y me estaba asustando—. ¿Que pasa cariño?— pregunté en un susurró y acaricié su nuca ya que sabía que eso lo calmaba.

— El cumpleaños de las niñas es en una semana y casi lo olvidé— susurró sobre mi piel y yo asentí sorprendida.

Joder.

— Chris...

— No sé cómo pude olvidar eso— me interrumpió y salió de su escondite para mirarme directamente a los ojos—. Esto está mal, yo no debí olvidarme. Tengo tantas cosas en la cabeza que lo deje pasar...y...y

— Tranquilo— lo interrumpí y le sonreí levemente—. Faltan exactamente siete días, creo que pasa el domingo podremos conseguirle un regalo, un pastel, invitar a familiares y demás, ¿Por qué tanta desesperación, eh?

Christopher mordió su labio inferior y volvió a abrazarme, yo lo acepte con una sonrisa divertida.

— Gracias...

— ¿Y por qué?

— Porque siempre sabes cómo callarme y buscar una solución para todo...

Sonreí y le di un pequeño beso en su cabello para abrazarlo más fuerte, dejando embriagarme con su colonia tan varonil, que por cierto amo demasiado. Él aún no lo sabe pero de igual manera la sigue usando sin saber que la amo y que en las noches me entierro en su cuello para poder dormir rodeada de ese aroma.

— Empezemos a buscar por internet, ¿Está bien?

— Sip— me respondió como un niño y yo sonrío más grande, el Vélez mayor siempre iba a seguir teniendo alma de bebé.

Papá soltero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora