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Había pasado una semana donde Christopher dejó atrás el tema de Lia, dónde ____ renunció a su trabajo y dejó a otro maestro en su lugar. Las niñas se negaban a estar con otro maestro, pero así era la vida y estaban más que molestas.

— ¿Te sientes bien? ¿Cómo está gajito?— preguntó Christopher y se acostó al lado de la chica, ____ sonrió al escuchar tal apodo. Se había acostumbrado ya que todos le decían gajito al bebé, parecía divertido y gracioso ya que tenía el tamaño de un gajito de mandarina.

— Estamos bien. Dame besitos.

La chica abultó sus labios, Christopher se posicionó arriba de la chica y comenzó a repartir besos en su cuello. Besos que eran inocentes pero cuando sintió la mano de _____ en su miembro, los besos de Christopher se volvieron húmedos.

— No traumemos a gajito, ¿Está bien?

— Chris...

— Nada, vamos a dormir.

Esa semana fue todo un reto para Christopher, los vomitos de _____ se habían ido pero las hormonas de ella se habían vuelto más fuertes, la chica dónde podía tocaba al chico y, en una de esas, había sido en la dirección del colegio.

Habían ido por la renuncia de _____ y esta se había puesto cachonda, Christopher tuvo que hacerle el amor a su novia en el escritorio de la dirección, fue aventurero y placentero a la vez.

Lista del sexo.
•Casa Vélez ✓
•Dirección de la escuela ✓

Solo faltaba en la casa de la abuelita y en el auto, pero Christopher no pensaba en eso. Solo quería mimar y dale amor a la chica, pero esta solo quería sexo salvaje, peligroso y aventurero.

— Descansa cariño— Christopher abrazó a su novia por la espalda y ella sonrió feliz al sentir el calor corporal que su novio desprendía.

— Descansa tú también— habló ya medio dormida.

[🥀 ]

______ pov

Entrelacé mis manos entre si y camine por el pasillo del hospital. Le había mentido a Christopher de que iba a ver a mi abuelita, pero no era tan así ya que luego de terminar aquí si la iba a visitar.

Y es que si me decía a dónde iría y con quién iba a hablar, él seguro iba a empezar a preguntar cosas que ella no sabría cómo responde.

— Pase.— escuché una voz al otro lado de la puerta, tímidamente entre al consultorio de la doctora Choi. Lia estaba sentada en la silla de su escritorio, cuando me vio sonrió y me invitó a sentarme.

— ¿Que trae por aquí ____?— preguntó una vez que me senté frente a ella.

— Yo... sonará estúpido pero quiero saber...por qué quiere usted saber de las niñas, ojo, no es que me moleste, pero siento que...

— ¿Que hay algo malo?— interrumpió Lia y yo asentí con la cabeza.

— ¿Sabes? Nunca ví que una mujer abandone a alguien y luego de tanto tiempo venga y quiera ver a esa persona, no es por juzgar pero...

— Pero ¿piensas que estoy actuando?— volvió a interrpir Lia.

— No es eso pero usted sabe que las niñas no están como para ver que vuelve alguien que me hizo daño a su padre e indirectamente a ellas también.

— ¿Vos me estás jodiendo?— toda alegría y profesionalismo abandonó a Lia— ¿Que tratas de decir _____ ______?

— Ahí tiene— sonreí de lado—. Usted no cambió nada— Lia abrió sus ojos más de lo normal—. Gracias por haberlo confirmado, señorita Choi.

Me puse de pie mientras miraba con una sonrisa victoriana a Lia, que me observaba muy asombrada.

— No se acerque ni a Mica ni a Jaz, no sabe con quién se mete. Vaya con su actuación a otro lado, ¿Okay?

— Nadie puede decidir por mi— Lia se puso de pie.

— Le haré una restricción si no se aleja por las buenas. No le diré nada a Christopher sobre esto porque se que él también podría salir afectado. Usted es una mierda de persona— me di la vuelta para salir de aquel consultorio pero Lia me interrumpió.

— Este es mi juego. Hago mi jugada cuando yo sepa que es lo indicado. Ni tu, ni los policías ni el mismísimo Christopher Vélez me alejarán de lo que me pertenece.

— Corrección, le pertenecía. No se haga dueña de lo que alguna vez dejó.

Sin más salí del consultorio. Solo necesitaba una mala reacción por parte de Lia y ahí si me daría cuenta de la persona que era, sabía, sabía muy bien por la mala actuación que la doctora había dado ese día en la habitación.

— Gajito, somos muy fuertes— sonreí hacia mi vientre y lo acaricie levemente—. Vamos a ser fuertes gajito, por tus hermanas y papá, ¿Okay?

Si, ella y gajito tenían que ser muy fuertes, ¿No?

Papá soltero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora