Quédate conmigo...

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~______~

En cuanto el gordo se fue, revise el cajón y el pelinegro dejó una navaja, la tome y desate mis manos y mis pies, la puerta estaba cerrada con llave y la navaja era muy grande para zafar este, abrí una ventana que tenía barrotes y escuche un poco de la conversación, hasta que mi piel se erizo –Objetivo, Ran Haitani, lo quiero destruido por no aceptar el trató, si es muerto mejor – me molesté, mataría a ese maldito gordo, lo iba a torturar tanto que se iba arrepentir de haber conocido a ______ Matsuno.

Llego el anochecer y estaba sentada en el suelo apoyada en aquella pared cuando el pelinegro entro a la habitación.

–Quiero salir vivo de aquí – me miro asustado.

Arqueé mi ceja –¿Por qué la navaja? ¿Por qué la ayuda? No entiendo, es tu jefe –

Cerró la puerta tras él –Si, pero el dinero hace que uno haga cosas que no quiere... dijiste pagarme más... –

Abrace mis piernas y apoye mi barbilla en mis rodillas –Podría ser, quiero a Ran vivo, sin ningún rasguño, ni una gota de sangre de él –

–No te puedo asegurar mucho, pero muchos queremos irnos de aquí... –

–Bien – me levante – Quienes se opongan que lo hagan cuando lleguen, únanse y créeme, estarán un día más vivos... –

Mire un reloj en la pared, marcaban las 22:31 y se escucharon ruidos, gritos, disparos, me pare a un lado de la puerta, un disparo podría entrar por la ventana y llegarme, no quiero morir joven, tengo mucho sexo por tener con Ran y me prometió un viaje, no dejaría pasar eso. Volví a mirar la hora 23:12

De una patada se derribó aquella puerta y la quede mirando –Qué... –

Una mano tomo mi cabeza y la apego a su cuerpo –¿Estás bien? – su voz estaba agitada, su perfume inundo mi alma de tranquilidad.

Lo abrace –Lo estoy... – lo mire y su cara tenía un par de magullones y su nariz sangraba un poco –Llegas tarde –

Me miro, su cara estaba pálida y su mirada cansada –Perdón... – dijo cansado.

Sentí humedad en mi abdomen, cuando mire una mancha de sangre estaba presente en mi blusa –Estas sangrando

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Sentí humedad en mi abdomen, cuando mire una mancha de sangre estaba presente en mi blusa –Estas sangrando... – levante su camisa y vi una entrada de bala y me asuste –¡Nos vamos! –

Tome su mano y comenzamos a movernos entre la gente, el paso su brazo por mis hombros y camino junto a mi –Estoy bien, tranquila –

–¡No lo estas! – dije asustada, esa mancha se iba haciendo más grande.

–¿¡Estas bien!? – el pelirosa me miro mientras daba un par de disparos.

–Ran está sangrando – dije preocupada, este miró a Ran y se preocupó.

–¿¡A dónde vas preciosa mía!? – la voz de aquel gordo me dio escalofríos.

–Te tengo hijo de puta – dijo Ran apuntando con su arma.

–Yo te di primero – sonrío orgulloso.

Mire la muslera de Sanzu y le quite el arma adicional que este tenía –¡Es mía! – exclamo el pelilargo.

–¿Algo que decir gordo de mierda? – lo apunte.

Estiro los brazos y comenzó a reír –¿Una mujer me va a disparar? – río –¿Tu hombre se desangra y planeas matarme? –

Ran lo miraba enojado, pero no paraba de sangrar –Mátalo – susurró y fue cerrando sus ojos, su peso se me hizo evidente.

Mire al tipo y le dispare del lado derecho del pecho –¡Lo quiero vivo! –

Sanzu me arrebato su arma y luego Rindo llego a prestarme ayuda, subimos a Ran a un auto y subí con el –Quiero a ese gordo vivo Rindo, yo me preocupo de Ran – cerré aquella puerta y le grité al chófer para que condujera a una clínica.

Puse su cabeza en mis muslos y acaricié su mejilla –Ran, tienes prohibido dormirte, ¿me escuchaste? – lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas.

Una sonrisa casada apareció en su rostro –Tranquila... –

Me agache y junte nuestras frentes –¿Te quedarás conmigo? – cerré los ojos.

Sentí su mano en mi mejilla –Me quedaré contigo amor... – su voz era cansada... en un tono bajito.

–Promete que te quedarás conmigo... Que estaremos juntos – un par de mis lágrimas cayeron en su cara

–Me quedaré contigo... – acaricio mi cuello con su pulgar –Amo tu cuello... – empezó a toser sangre –Mierda... – puso su otra mano en su herida.

–No te fuerces... llegaremos pronto – limpie su sangre con la manga de mi blusa.

–Sabes que te amo, ¿verdad?– sentí su mirada.

Lo miré y asentí –Si, lo sé...–

Sonrío levemente –Que tampoco te dejaré en las manos de nadie más...– volvió a toser y más sangre salió de su boca.

Solté más lágrimas y volví a limpiarlo –Lo sé...– susurré.

–Mierda...– suspiró –Estoy alucinando ya...–

Lo mire y negué –Tienes que quedarte conmigo...–

Sonrío –Veo a la bella chica de 17 años que me enamoro...– acaricio mi mejilla.

Puse mi mano sobre la suya –Sigo siendo esa chica... solamente crecí un poquito–

Negó levemente –No creciste... sigues igual de pequeña mi amor...– su voz se escuchaba apagada.

Reí un poco ante su comentario –No es momento de bromear...– me acerqué a él y bese su frente, para luego juntarla con la mía –Te amo Ran...–

–Mírame una vez más... quiero recordar tu cara... tus ojos...–

–¡No hables como si no fueras a volver! – rompí en llanto.

–Cariño mírame... – nuestras miradas se cruzaron, sus ojos estaban opacos  –Cásate conmigo... –

–Si... – él me sonrío una vez más y su mano se alejó de mi mejilla y esta cayó al suelo del auto –¡CONDUCE MÁS RÁPIDO! – le exigí al conductor –¡Despierta Ran! – rompí en llanto –Quédate conmigo... por favor... – le susurré rozando sus labios con los míos, como pude lo sujete y lo abracé, sentí su cuerpo frío...

Cariño   ~Ran Haitani x TN~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora