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-¡No! ¡Ni se te ocurra o te mato! ¡Juanjo!

Bueno aquí han pasado muchas cosas que no os he contado.

Lo primero de todo, tengo una guerra abierta con Aurora, niña de pelo rubio, rizado, ojos azules, en fin, el demonio en persona.

Segundo, lo mejor que me paso hace unos días es Juanjo, si, el día que fui expulsada de la fogata por lo menos me lleve un buen amigo.

Juanjo se ha convertido en mi pasatiempo favorito. Es como mi mejor amigo, desde que hablamos por primera vez no nos hemos separado. Es la persona mas pervertida pero a la vez divertida del mundo.

Tercero, las pesadillas han seguido pero desde que Juanjo me ha dado un truco se mas o menos como controlarlas.

Si, le conté sobre las pesadillas, fue como que la naturaleza me estaba obligando a pedir ayuda de el, y así fue, cuando me pregunto se lo conté todo.

Y por último pero no menos importante es Alejandro, no nos hablamos, no nos miramos y hacemos como si no nos conociéramos.

Me duele porque me cae bien y me ha ayudado pero no me habla no le hablo, no me busca no le busco, al cuarto día de estar intentando decirle que Juanjo en el fondo es buena persona y que no se enfadara por eso, me cansé, no iba a estar intentando hacer las paces con alguien que no da de su parte. 

Volviendo al tiempo presente me encuentro al borde de la muerte. Bueno, no tan exagerado, pero estoy en el bordillo de la piscina agarrada por una sola mano a Juanjo.

El muy tonto se ha enfadado conmigo porque le he dicho a la chica que le gusta que si le atraía o algo y se ha puesto tan nervioso que dice que se le ha empalmado con solo ver a la chica y que se ha dado cuenta.

¡Nunca más le podré mirar a la cara! Me ha gritado en todo el oído, he corrido tratando de escapar pero he llegado a la piscina y se la liado.

-¡Mereces morir por lo que has hecho! -Dice con voz grave como si fuera un pirata.

-¿Y que he hecho? -Digo muy picara, ahora entenderán el porque.

-¡Que me he empalmado en la cara de la que me gusta por tu culpa! -Una risa de detrás suya hace que se de la vuelta vea a Beatriz y me suelte para salir corriendo detrás de ella para explicarle todo. -¡Te lo puedo explicar!

-¡Ahhhh! ¡Que esta helada! -Me salgo corriendo y veo una toalla pasando por mis hombros.

-Toma la necesitaras. -¿Adivinen quien es? ¡Si! Alejandro esta riéndose en mi cara con su toalla en mis hombros.

-Gracias. -Y así sin mas, se va andando hacia algún lugar que no se a donde dirige.

-¡Oye! ¡Tenemos que hablar! -Voy corriendo detrás de el.

-No tenemos nada de lo que hablar. Tu por tu lado y yo por el mío.

-¿¡Porque !? ¡Porque soy a la única que tratas así! -Me he dignado a gritar ya que no hay nadie cerca y nos estamos alejando. Se para en seco y me mira con una mirada que me heló de arriba abajo.

-¡Porque si! ¡Porque me estas volviendo loco!

-¡Solo quiero saber porque me tratas así!

- ¡En la fiesta me dijiste que parara de tratarte así que te acabarías enamorando de mi!

-¡Iba borracha!

-¡Pero yo no! ¡Y se que yo si acabaré así!

-¿Que? -Se me paro el mundo, no estaba diciendo esto.

-Lo que has escuchado, el otro día me acojonaste y por eso me aleje de ti.

-¡No te creo! ¡No me mientas!

¿Me gusta el verano?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora