9

644 32 6
                                    




Natalia

Ayer fue un día muy largo. Nada mas subirme al bus me quede dormida y no me volví a despertar hasta ahora. Que he aparecido en mi cama como por arte de magia.

Me encuentro bastante bien, el día de ayer me encanto. Sin duda es uno de mis favoritos, además no pienso dejar que todas las cosas horribles que me dijo Alejandro me afecten, ya hablaremos luego.

Me voy a quedar con el día tan maravilloso que pase rodeada de gente que quiero.

Se supone que hoy nos dirán nuestro premio por haber ganado la prueba de ayer y estoy muy contenta. Quiero saber que ganaremos después de haberme dejado la piel en la última prueba.

Salgo de mi cuarto y veo un papel en frente de mi puerta, me vuelto a meter en mi habitación para leerlo pero me interrumpen.

-¡Nat, ven ya!

Voy a la sala de estar y me encuentro con mis compañeros igual de confusos que yo. Se encuentra Luis, uno de los monitores del campamento.

Me siento con mis amigos que nos miramos y no nos enteramos de nada. Alejandro no ha aparecido y Luis esta muy serio.

-¿Que pasa? Porque tienes cara de estreñido. -Dice Alberto, que quiere bajar la tensión.

-Esta mañana muy temprano hemos recibido una llamada, era del padre de Alejandro. -Se me eriza la piel solo con pensar de que le ha podido pasar algo. -Su madre esta muy grabe y no saben si superara una operación que le tienen que hacer. El y Juanjo se han ido y no sabemos si volverán.

-¿Pero porque no nos avisó?

-¿Y desde cuando estaba tan mal su madre?

-¿Y sus cosas?

-Se que tenéis muchas preguntas chicos pero ir de una en una.

Los chicos no paraban de preguntar, mientras yo estaba pensando una cosa que había dicho.

-¿Y Juanjo porque se ha ido? -Todos en ese momento pararon de murmurar y asintieron dándome la razón.

-¿Pues porque también es su madre no? -Todos nos quedamos boquiabiertos esperando mas información. -¡Alejandro y Juanjo son hermanos chicos! ¿No lo sabíais?

-Creo que esta claro que no. -Digo levantándome de mi asiento, necesito despejarme.

Voy a mi habitación y cojo la hoja guardándomela en el bolsillo de la sudadera. Me pongo las zapatillas y voy a tomar aire.

Ando y ando y pienso y vuelo a pensar y llego a la cabaña.

Subo, me cojo una manta y me siento en un rincón. Recuerdo los buenos tiempos que he pasado aquí.

Me acuerdo de la carta y la saco del bolsillo. La desdoblo pensando que sería de Alejandro, que se había acordado de mi antes de irse pero es de Juanjo.

Por una parte me alegra que sea de el pero por otra hubiera preferido que fuera de Alejandro.

Juanjo:

Bueno piojo, no quería despedirme así de ti pero no me ha quedado otra. Los muy payasos no me han dejado despertarte porque no eras de mi cabaña. El caso, a estas alturas supongo que ya sabrás que Alejandro y yo somos hermanos, si, de la misma sangre. ¿Extraño eh? Pensaras que como unos hermanos se pueden odiar tanto o llevarse tan mal. Yo no le odio, al revés, le quiero mucho. Pero por muy doloroso que sea, el no siente lo mismo. A el siempre le ha costado mucho querer a alguien y yo tampoco se lo he puesto fácil. Me gustaría que no te enfadaras por no habértelo dicho antes pero es que Alejandro se avergüenza de mi. No le gusta que la gente sepa que somos familia. Tampoco quiero que te enfades con el. Tiene muchos secretos que yo no te puedo decir, por eso espero que consiga abrirse contigo algún día y que no la líe. Porque eres la persona indicada para el. No te voy a dejar un royo muy largo que esto no es una despedida, volveré, mi madre es fuerte y lo superara, lo sé. Me vuelvo a disculpar por parte de los dos y espero que nos perdones. Te dejo mi número. Un besazo y un abrazo de oso para ti, de parte de los dos.

¿Me gusta el verano?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora