11

602 37 4
                                    

Alejandro

-¿Puedes hacer el favor de ir a casa, ir a comer o mismamente al baño? -Suelta Juanjo por quinta vez con tono de cansancio.

-¿Para que?

-¡Para que! Puede ser porque llevas cuatro días sin comer apenas, sin ducharte y sin dormir mas de diez minutos seguidos.

-No me apetece.

-Pues que te apetezca o tendré que sacarte yo mismo el culo de la silla.

-¡Porque me tiene que apetecer algo que nuestra madre no puede hacer! ¡Yo por lo menos tengo un poco de cabeza! ¡Tu haces como si nada!

-¡Que no haga lo mismo que tu no significa que lo este pasando mal! ¡No eres el único!

-¡Chicos! ¿Podéis calmaros? Todo irá bien.

-Irá bien. -Digo con un tono irónico. -¡Llevamos cuatro días aquí! ¡Y no han hecho nada! ¡Van a dejar que se muera!

-¡No digas eso! Y vete ahora mismo a casa.

-Oblígame.

-Ni se te ocurra hablarme así o -Dice mi padre acercándose a mi amenazante.

-¿O? ¿Me vas a pegar? Te recuerdo que hay gente delante.

Mi padre mira hacia ambos lados y cuando ve que no está mirando a nadie, me suelta un puño en todo el ojo.

-A ver si se te vuelve a ocurrir amenazarme. -Se acerca a mi oído y susurra. -¿No te has enterado después de tantos años que aquí siempre gano yo?

Y mi hermano lo único que hace es observar, como siempre ha hecho.

Le miro y me levanto para dirigirme al baño, por lo menos ha tenido lo que ha querido, he ido al baño.

No se porque tanto empeño, no huelo mal, o eso creo. No es que haya estado pendiente de mi estos días.

Lo único en lo que podía pensar es en mi madre.

Entro al baño e intento mear pero no me sale nada mas que un par de gotas. Normal, apenas he bebido estos días.

Me enjuago la cara y me miro al espejo. ¿Qué pensaría Natalia si me viera así? ¿Debería hablar con ella?

La última conversación que tuvimos no fue muy agradable. Me odio por ello.

Me jodió que no me hubiera dicho lo de sus padres. Se que le puede costar hablar de ello pero lo que más me molestó es que Juanjo lo supiera y yo no.

¿Tanta confianza tiene con el? ¿Y si yo no le gusto realmente?

Esas preguntas me atormentaban la cabeza. Y yo no soy de dudar respecto a los sentimientos de una chica, siempre he sido muy seguro.

Salgo del baño y al girar una esquina escucho a mi padre hablar con Juanjo.

-No entiendo porque le has tenido que pegar. ¿Tanto te cuesta entender que lo esta pasando mal?

-Me importa una mierda. Ese niño no es mi hijo y lo trato como me de la gana.

-¿Y? ¿Y porque no lo consideres tu hijo le tienes que pegar?

-Me estas calentando. Te aviso de que vas a conseguir de que en cuanto lo vea me desahogue con el.

-¿Y porque no conmigo? -Con voz amenazante.

-¿Contigo que?

-¿Que porque a mi no me pegas? ¿Qué tengo yo que no tenga el?

-No seas bobo, tu eres mi hijo, el no.

¿Me gusta el verano?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora