8

710 39 3
                                    


Natalia

Estamos a mitad de verano y hoy nos toca ir a la playa. ¡Tengo muchísimas ganas! Pienso disfrutar este día al máximo, quien sabe si volveré a verla.

-¡Natalia! ¿Ha cogido crema? -Me grita Alejandro desde su habitación.

-¡Si!

Desde el día de la cabaña estamos mas unidos que nunca, espero que esta fase de nuestra relación no acabe nunca. No somos nada, es decir, como un lio de verano.

Vic se ha dado cuenta de lo que nos llevamos entre manos, bueno, Vic solo no, el resto de la cabaña y casi todo el campamento también saben cosas.

No hemos intentado ocultar que algo pasa entre nosotros. Total, así saben que es mío.

- ¿Acabas de decir que es tuyo?

-Si, bueno, no quería decir eso exactamente.

-Ya, pensé que tardarías mas en caer ante sus pies. Debí hacerte más fuerte.

-¡Qué! No caí, solo que ... Déjalo no lo entenderías, solo eres un pensamiento.

-Nos vamos? Nos esperan. -Dice Alejandro asomándose a mi puerta, dándome la mano.

-Vamos. ¡Estoy tan emocionada!

-Nos lo vamos a pasar en grande. ¿Entendido? -Asiento y vamos al bus.

Una hora y media en la que estuvimos cantando a pleno pulmón en el bus llegamos a la costa.

-Bueno chicos, como solemos hacer todos los años dejamos este día en la playa para que vayáis a vuestra bola y disfrutéis con los amigos. Pero este año como vamos retrasados ​​con las actividades de cabaña al final del día haremos una prueba. ¡Ya os contare! ¡A pasarlo en grande!

Mi cabaña y un par de amigos de los chicos de futbol vamos corriendo hasta la costa, ya que el bus nos dejó en un lugar donde no se podía ver el mar.

Cuando alcance a ver el mar, la arena, la gente bañándose, se me salieron unas lagrimas de felicidad porque por fin he cumplido uno de mis sueños.

-¡Nat! ¿¡No es precioso !? -Dice Vic a mi lado igual o mas entusiasmada que yo.

-¡Vayamos al mar! -Dice uno de los chicos.

Dejamos las mochilas en una parte de la arena y corrimos al mar.

¿Sabéis lo que es tocar la arena? La maravillosa satisfacción que produce ir corriendo al agua porque te queme la arena.

Para mi esto es la gloria, es haber tenido suerte en la vida. Para mucha gente venir a la playa es un aburrimiento o simplemente una cosa normal en sus vidas. Me entristece saber que hay gente matándose por venir a este lugar y que luego haya otra que no lo valora. Que la contamina o no la disfruta como se merece.

-¡Esta helada! -Digo riendo.

-Pues acércate a mi y así te caliento. -Dice Alejandro con una sonrisa de oreja a oreja.

-¡No os digáis guarradas en público por favor! -Dice Adrián.

Estuvimos jugando a pasarnos la pelota, uno decía una vocal y se lo pasaba a alguien, luego esa persona le daba y decía otra vocal y así. Y a quien fallara le hacían una ahogadilla.

¡Adivinar quien ha tragado medio mar! ¡Yo!

Ahora se han salido todos y me he quedado con Alejandro. Estamos abrazados dándonos calor mirándonos a los ojos y os juro que su mirada es como la droga porque te engancha y no puedes parar.

¿Me gusta el verano?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora