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Todo transcurre en Nueva York, no se sabe bien el año, pero de lo que Sophie nunca va a olvidarse es como su vida pasó de ser una simple y solitaria estudiante a ser parte de los Vengadores.

Aquella madrugada estaba agitada, eran las 04:17 cuando una especie de bombardeo seguido de un fuerte ruido despertó a la chica. Lo único que recuerda luego de eso es un fuerte dolor en su costado, su cabello húmedo por la sangre y un inquietante silencio, exceptuando los quejidos y lloriqueos de su fiel compañero canino. El resto para ella es casi un relato ficticio que oirá en otra ocasión.

13:54

Las luces comenzaron a molestarle en sus ojos, el dolor de cabeza era insoportable, no sabía lo que ocurría pero de lo que estaba segura era de que dos voces masculinas estaban con ella en la habitación.

–Jesús, Banner. Eres capaz de manipular y describir como funcionan los rayos gamma y no eres capaz de medirle los signos vitales a un perro.

–Soy un doctor, Stark. No un veterinario.– el tal Banner respondió con clara frustración en su voz. Sophie giró levemente su cabeza para encontrarse a su compañero rodeado de electrodos al igual que ella.

–Las pulsaciones... Normales de un perro de su edad son de ciento diez a ciento veinte por minuto, su respiración es de diez a cuarenta por minuto.– la chica por fin habló, y con la voz entre cortada respondió las interrogantes de ambos hombres.

–Miren quien despertó.– el más alto se acercó a la fémina, ella lo reconoció por sus gafas el tono de su voz. ¿Estaba en el hospital y como iba a morir el mismo Iron Man fue a verla?

Todas esas dudas comenzaron a inundar su cabeza por lo que comenzó a desesperarse, alterando su ritmo cardíaco y por ende la máquina que monitoreaba sus latidos.

Stark y el tal Banner intentaron calmarla, lográndolo después de cinco largos minutos, luego de aquello, quien cuando se molestaba crecía el triple de su tamaño y se tornaba de un color verdoso comenzó a hablar.

–Cariño, estás en la torre de los Vengadores. Te trajimos aquí ya que fuiste la única sobreviviente de lo que sucedió. También trajimos a tu amigo.

Mientras Bruce contaba cada detalle de lo que había sucedido con ella, a pesar de que lo escuchaba atentamente no podía entender nada. ¿Osea todos estaban muertos? O al menos sus vecinos. ¿Y la universidad? ¿Y sus cosas?

–Estarás en observación unas horas más, al igual que tu amigo. Gracias a él te encontramos.– a pesar del shock del momento, la sonrisa reconfortante de Tony le devolvió en alma al cuerpo. O al menos eso sintió.

–¿Se puede?– otra voz masculina se hizo presente. Era nada más y nada menos que Steve Rogers, el capitán América. Esperen, ¿seguros de que no iba a morir y por eso todos los Vengadores venían a ver como estaba?

Sophie no respondió nada, solo dejó que el hombre se acercara y se sentara al final de la camilla, tomó la mano de la chica con delicadeza antes de comenzar a hablar.

–No quiero agobiarte con preguntas ahora, pero sí lo hará Nick. Viene en un par de horas para que estés preparada.

17:25

Y así fue. Luego de haberse recuperado lo suficiente pudo caminar con pasos lentos por los pasillos juntos a Nick, un hombre mayor con un parche. Era serio pero extrañamente confiable.

–Stark te trajo, fuiste la única viva en esa zona. Por ahora vas a quedarte aquí, lo que te propongo es que te adaptes y dentro de unos días comenzarán los entrenamientos.

yeah, i'm a avenger.  |Bucky Barnes.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora