Cap. 32: Conversaciones

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Cuando los rumores se esparcen es casi imposible detenerlos, es algo que todos sabemos, son como una plaga. Y claramente Carly se tomó en serio lo que Isabella había dicho a pesar de mis intentos por desviar el tema, cosa que no había funcionado. Lo sé porque después de aquel día ella ha estado mirándome como si sospechara de mí, incluso podía imaginármela acusándome públicamente de haber tenido algo con Seth. Pero, vamos, no fue nada... además técnicamente ella ya había terminado con él, así que no debería molestarle ¿cierto?

-Entonces... ¿qué pasó realmente?.- escuché decir a Eva.

-¿Con qué?.- pregunté distraídamente mientras subrayaba una línea en el libro de Literatura. Sí, estaba estudiando... algo que realmente no me llamaba mucho la atención, pero Lucas me había obligado a estudiar al menos una hora cada día.

-Ya sabes, con eso de los rumores.- dijo ella.-Hubo un par que me llamó la atención.- admitió.

Enseguida sentí como un sutil golpe de nervios me recorría el cuerpo. Dejé los libros y lápices de lado, sabiendo que de seguro comenzaríamos una conversación. No muchas veces habíamos tenido la oportunidad de hablar a solas, no importaba que compartiéramos la habitación, casi nunca coincidíamos. Las clases eran largas y apenas topábamos en algunas, y siempre que nos veíamos era con las chicas, además cuando llegábamos a las habitaciones en la tarde cada una se preocupaba de sus asuntos sin molestar a la otra.

-Y bien, ¿Cuáles te parecieron interesantes?.- pregunté ocultando mi nerviosismo.

-El de Seth.- ok, directo al grano.

-Ah... ese, vaya.- dije hablando lentamente, cuando me pongo nerviosa el cerebro se me congela.

-La verdad no me sorprendería que hubiera pasado algo, yo sabía que él te gustaba.-

-No me gusta, ni me gustará, nunca.- aclaré enseguida.

-A ver, ¿pasó o no?.- preguntó mirándome a los ojos de una manera muy acusadora.-No le diré a nadie.- agregó.

Me tomé unos minutos recapacitando si decirle la verdad o no. Ok, si le decía me sacaría un peso de encima, pero también era posible que le contara a Carly... y eso no era bueno. Por otro lado Eva era confiable, ¿cierto?

-Ok.- dije rendida.-Tuvimos... un momento.-

-¿Qué clase de momento?.- preguntó con una sonrisa.

-Bueno, fue el último día, ustedes fueron a buscar los textos para las clases y yo volví a mi habitación.- comencé a decir.-Él estaba aquí y tuvimos una pequeña discusión, luego de la nada Seth me besó y yo...- algo se trabó en mi garganta.

-Y tú te derretiste igual que todas...- concluyó ella.-Así es como funciona el “Efecto Seth”.- dijo haciendo las comillas con los dedos.

-Oh, genial, le tienen nombre...- claro, lo que faltaba, que yo fuera igual a todas las idiotas que habían estado con él.-Pero yo no me derretí, por favor.- bufé restándole importancia al comentario.

-Así que no te derretiste... ¿estás segura?.- ¡No, no estaba segura!

-Claro que sí, fue sólo un beso sin importancia... nada especial que me tuviera pensando en ello cada día.- dije riendo tontamente.

-Ya veo... al parecer sí te gusta el chico ese, bueno, ya lo sabía.- dijo bastante segura.

-Querida Evangeline, ¿Cuántas veces tengo que decirte que no me gusta Seth?.- pregunté.

-Millones de veces, porque no me convencerás nunca.- me contradijo.-Yo creo que sólo te estás haciendo la difícil... o quizás no lo admites porque sabes que Carly está obsesionada con él.-

-De cualquier manera no sería muy amable de mi parte meterme con el chico que ama mi amiga ¿no crees?.-

-Claro que no lo sería.- me apoyó.-Por suerte él ya no está aquí para revolver las cosas.-

-Cierto.- sonreí aliviada y casi contenta.

-Pero...-

-¡Oh no! ¡Hay un pero!.- exclamé poniéndome una mano en el pecho.

-Él volverá en unos meses y ahí veremos qué tan divertido resultará todo.- dijo con una sonrisa.

-Ah, falta demasiado para eso, todo el asunto se me olvidará.- bufé, al menos esperaba a que se me olvidara.

Cada vez que Lucas me llamaba a su despacho me imaginaba que apenas llegara él me regañaría por algo, ni siquiera sé por qué, ya que él ha sido bastante tolerante conmigo desde que llegué a la academia. Creo que si no fuera por su paciencia ya me hubieran castigado de por vida, o peor aún, me hubieran expulsado.

Me quedé en silencio mientras él revisaba unas carpetas con archivos, mis ojos comenzaron a vagar por el lugar para entretenerme con algo. Miré hacia los estantes con libros, todos se veían en perfectas condiciones, estaban tan relucientes que dudaba que alguna vez los hubiera tocado, quizás eran sólo decoración. Luego proseguí a mirar discretamente los papeles que leía, pero él lo notó y los sacó de mi vista, fruncí el ceño molesta y le dediqué una asesina mirada que él ni siquiera tomó en cuenta. Entonces me quedé mirándolo, ok, admito que era un tipo atractivo, digo, me gustaban sus ojos celestes y lo envidiaba un poco por eso, yo también quería tenerlos así. Además de eso me gustaba la forma en que se desordenaba el cabello cuando leía algo, siempre lo hacía sin darse cuenta pero al mismo tiempo se veía tan malditamente serio y profesional que daba miedo. ¿Dónde estaba el tipo agradable que me había recibido el primer día? Aunque quizás todo había sido una vil trampa para confiar en él... oh sí, eso debía ser, ahora estaba molesta.

-Sr. Parker.- lo llamé y él levantó la mirada enarcando una ceja. Ok, él debería tener un hermano menor y presentármelo, de seguro me enamoraría de él si fueran iguales.-¿Por qué cada vez que vengo me deja sentada sin decir nada?.- le pregunté ocultando mi fastidio con la amabilidad de mi voz.

-Lo siento, no lo había notado.- se disculpó hablando de la misma manera que yo. Eso sólo significaba que se había dado cuenta de mi molestia.

-Y bien, ¿para qué me llamó?.- pregunté con curiosidad.

-Las clases están a punto de terminar y según tu ficha la academia tiene tu custodia durante los meses de vacaciones.- explicó.

-Así que no volveré a casa...- dije algo decepcionada. Había tratado de mantener la esperanza, pero al parecer no sirvió de nada.

-No, te quedarás aquí.-

-¿Aquí? ¿Aquí en la academia?.- pregunté espantada.

-No, a las alumnas como tú las enviamos con una familia de acogida durante esos meses.- explicó.

-Oh...-

-Así que tengo tres familias en las que creo podrías sentirte cómoda, y no, tu no la puedes elegir.- dijo sin que yo alcanzara ni a sugerirlo.

-¿Entonces para qué me cuentas?.-

-Porque debes saberlo, además es para que te prepares psicológicamente.- dijo.-No quiero que llegues a la casa y no te adaptes, eso sería un problema.-

-¿Yo? ¿No adaptarme?.- bufé.-Eso es prácticamente imposible, yo y mi encanto nos adaptamos a cualquier lugar.- presumí.

-Eso espero.-

-¿Me puedo ir ahora?.- pregunté.

-No, tenemos que hablar de tus calificaciones.- oh, genial.

Ok, dos horas hablando de técnicas de estudios no son muy divertidas, pero Lucas hablaba y hablaba dándome consejo con respecto a las cosas académicas. Al parecer mis notas estaban rayando lo mediocre, pero por lo menos me servían para aprobar el año y eso era lo único que me importaba por el momento. 

DescontrolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora