Entré al cuarto luego de dar un fuerte portazo, caminé dando zancadas hasta mi cama y me tiré sobre ella, enterré el rostro en una almohada y grité lo más fuerte que pude. Toda la maldita rabia y frustración se fueron en varios gritos, todos largos y sonoros, aunque la almohada contenía el volumen. Respiré hondo controlando mis ímpetus y me puse boca arriba, aspirando oxigeno para no desmayarme por falta de él. Ok... ya me había calmado, podía soportar el hecho de que una de mis amigas era una idiota sin cerebro, podía soportar el hecho de que desprecié lo que pudo ser una buena amistad por culpa de ella y obviamente puedo soportar otro tonto castigo.
La puerta de la habitación se abrió luego de que pasara casi dos horas mirando el techo, pensando en todas las idioteces que he hecho últimamente, quizás estoy exagerando en todo y en realidad las cosas no son tan desastrosas a como yo las veo.
-Laila, a mi oficina, ahora.- era Lucas, hacía días que no me encontraba con él. Estaba demasiado ocupada lidiando con mis problemas de adolescente descontrolada.
Me levanté de la cama y me calcé las zapatillas, luego salí al pasillo y me encontré con mi tutor, mirándome con reprobación, como siempre. Luego lo seguí arrastrando los pies hasta llegar a su despacho, una vez ahí me senté en el cómodo asiento y esperé a que me diera una reprimenda.
-Explícame porque dos chicos llegaron embarrados de jugo a mi oficina.- exigió con seriedad.
-Por culpa de mi inmadurez.- le respondí.
-¿Qué?.- preguntó extrañado.
-Que siempre me dejo llevar por la situación y no me controlo apropiadamente, les pediré perdón si quieres.- dije resignada.
-¿Quién eres tú y que hiciste con la verdadera Laila?.- preguntó entrecerrando los ojos.
-Estoy hablando en serio, Lucas.- dije no muy animada.
-Yo también.- dijo él.-¿Segura que estás bien?.- preguntó preocupado.
-Sí.-
-Entonces cuéntame qué te llevó a hacer lo que hiciste.- insistió.
-¿Conoces a Seth Collins?.- le pregunté.
-¿Qué si lo conozco?.- preguntó.-Ese chico siempre anda causando problemas, aunque este año se ha comportado mejor.- comentó.
-Bueno, la cosa es que al parecer el año pasado él y Carly, una de mis amigas, tuvieron algo y al final ella resultó con el corazón roto por culpa de él. Un día luego de que yo le cortara, digo, de que me tropezara con él, nos volvimos algo así como amigos... luego supe que él era el idiota del que siempre Carly se quejaba y decidí no juntarme más con él por ser un asesino de frágiles sentimientos. En fin, la cosa es que hoy los vi juntos y me dio rabia, porque todo lo que hice fue inútil ¿entiendes?.- terminé de decir.
Lucas me escuchó con atención mientras se frotaba la barbilla, procesando el resumen de lo que había pasado. Suspiró pesadamente y apoyó los codos en el escritorio, luego me miró con fijeza y habló.
-Al parecer te has metido en un problema ajeno, después de todo es decisión de tu amiga si vuelve o no con el chico que le rompió el corazón.- dijo bastante convencido.
-Lo sé... aunque ahora ya es demasiado tarde.-
-Vaya... estaba esperando a que gritaras llevándome la contraria.- dijo con una sonrisa.
-No tengo ganas de gritarle a nadie.- comenté por lo bajo.
-Bueno, creo que tendré que convencer a la directora para que no te castigue...- dijo pensativo.-Pero sólo porque es la primera vez que asumes tus errores.-
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Descontrol
HumorLaila parece incapacitada para comportarse bien. Lo único que hace es desobedecer y tomar impulsivas decisiones, un error más y las puertas de su escuela serán cerradas para ella. Por culpa de un malentendido es expulsada definitivamente de aquel es...