Cap. 35: A un día de partir

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-¿Separo lo tuyo de lo mío?.- preguntó Eva desde el baño, podía escucharla revolver todo lo que había en las estanterías.

-Está bien, pero las cosas que no están llenas sólo tíralas a la basura.- le respondí mientras caminaba hacia mi armario.

Era increíble cómo habían pasado de rápido todos estos meses, en cierta forma era extraño, pues sentí que el año había sido demasiado corto. Y ahora estaba a sólo un día de irme a la casa de alguna familia extraña para pasar el verano, y aunque la idea de llegar a un hogar desconocido no me gustaba... la otra opción, que sería quedarme en el internado, era aún peor. Incluso una parte de mí le tenía envidia a las chicas, que iban a pasar todas las vacaciones con sus familias, en lugares geniales, digo, Carly partía a Alemania, ¿a quién no le gustaría ir allá?, Rita estaría en Verona y Eva volvería a su casa en Francia. Todos esos lugares eran geniales, y yo estaría estancada en Inglaterra, país que por alguna razón no me emocionaba en conocer.

-¿Estás nerviosa?.- escuché preguntar a Eva.

-¿Por qué?.- pregunté de vuelta mientras seguía sacando los ganchos llenos de ropa.

-Porque mañana partes a esa casa de "misteriosa y sospechosa gente en la que nunca confiarías".- citó justo lo que yo había estado mencionando.

-¡Ah! ¡Eso!.- exclamé captando.

Ok, ¿nerviosa? ¿yo? Pff, claro que no estaba nerviosa, es sólo que aún no sé cómo serán esas personas, por lo que cualquier cosa puede pasar. Podrían ser asesinos en serie, caníbales, violadores, ladrones, vendedores de seguro (una vez alguien mencionó que nunca debía creerle a esos tipos). O tal vez estaba siendo exageradamente paranoica y sería una pequeña y hermosa familia que me recibirá como si fuera una más de ellos, eso sería lindo... pero aun así puede que sean unos destripadores, descuartizadores, ya me entienden.

-¿Y bien?.- dijo luego de que me quedara en silencio por estar pensando.

-No estoy nerviosa, es sólo que mi lado paranoico y neurótico ha despertado.- dije como si eso fuera de lo más normal.

-¿En serio?.-

-Sí, pero ya lo superaré.- respondí.-Además hoy Lucas me tiene que decir algunas cosas de esa gente.- agregué.

-Oh...- murmuró ella lo suficientemente fuerte para escucharlo.

-¿Qué pasó con ese "oh..."?.- pregunté usando el mismo tono de ella al decir ese monosílabo.

-¿No estás nerviosa?.- preguntó ella.

-Ya te dije que no.- respondí algo exasperada, le acababa de explicar que estaba bien.

-No, yo me refiero a lo otro.- aclaró saliendo del baño mientras sostenía entre los brazos potes de cremas, pastas de dientes sin usar y diferentes cosas.-A lo que me contaste esa vez.- agregó.

-¿Lo de Lucas?.- pregunté yo con completa calma.

-Eso mismo.-

-Amiga Evangeline.- dije al momento que tiraba unas cuantas prendas sobre la cama.-Para mí ese asunto está completamente superado, sí, puede que me halla traumado por unos días... pero gracias a mi increíble madurez he sido capaz de razonarlo.- dije lo más espontáneamente que pude.

-Amiga Layla.- dijo ella copiando mi forma de hablar.-Admiro lo rápido que olvidaste el asunto, pero algo me dice que aún te molesta.-

-No, en serio, ya di vuelta la página.- dije con completa honestidad.-Además no fue nada, eso ni siquiera podría ser considerado un beso, y si alguien lo considera así... pues no sé qué clase de ejercicios bucales ha estado haciendo.- me mofé soltando una pequeña risa.-Ya te dije que fue un arranque de felicidad mal enfocado, eso es todo.-

-Gracias a dios no eres como Carly.- comentó ella con una sonrisa.-Pero a todo esto, ¿él te dijo algo?.-

-Oh, sí.- dije enseguida mientras que por mi cabeza se reproducía lo que Lucas había dicho días después de ese "accidente".

Fue más o menos así, yo iba caminando por el pasillo en dirección a mi siguiente clase con la cabeza echa un lío. No podía dejar de repetirme lo idiota que había sido al hacer eso, me parecía simplemente lo más estúpido que se me pudo ocurrir. Bueno, la cosa es que mientras avanzaba a paso apresurado, me encontré con Lucas, él estaba a unos metros más allá y me hizo una seña para que me acercara. Cuando estuve para frente a él comenzó una muy civilizada conversación entre ambos.

-Lo que pasó no se repetirá y no se te ocurra contarle a tus amigas ¿sí?.- dijo él con cierta tranquilidad, cosa que no me esperaba... quizás me había apresurado al imaginármelo gritándome.

-No quiero que se repita, estás muy viejo para mí.- respondí enseguida mientras fruncía el ceño.-Siempre te he dicho que me presentes a tus hermanos, esa es una clara señal de que a ti no te encuentro gracia.- espeté.

-Perfecto, me alegra que entiendas las cosas tan bien.- dijo con una sonrisa de la cual desconfié, sentía que me hablaba cómo si fuera una enana de 6 años.

-Y no creas que te dejaré poner tus pedófilas manos en mi inocente cuerpo.- le advertí sin poder ocultar una sonrisa, aunque era obvio que esa advertencia estaba completamente fuera de lugar.

-¿Qué?.- exclamó él frunciendo el ceño de una manera que me pareció divertida.

-Eso, además tengo un Nokia que no dudaré en lanzarte.- amenacé.

-¿Un Nokia?.- dijo él alzando una ceja.

-Como sea, ahora me voy a clases.- dije dando por finalizada la conversación.

-Sí, anda.- asintió y dio un paso hacia el lado para dejarme pasar.

Luego de eso pude superar el trauma y las cosas volvieron ligeramente a la normalidad, digo ligeramente porque ahora le recuerdo "accidente" bastante seguido sólo para molestarlo, aunque al muy maldito ya le da igual lo que diga.

-¿Lo amenazaste con un Nokia?.- preguntó Eva luego de que le relatara todo.-Ni siquiera tienes móvil.- bufó.

-Recuerda que me lo regresó, aunque tampoco es Nokia... bueno, eso da igual.- dije alzando los hombros para quitarle importancia a ese detalle.

-Cambiando de tema, ¿no deberías doblar la ropa antes de guardarla en la maleta?.-

-No, haré que entre toda.- murmuré dejando caer una blusa dentro de la valija.

-Es tu problema, no te quejes luego.- dijo mientras doblaba prolijamente algo y luego lo acomodaba en su maleta.

-¡Está bien!.- exclamé y tomé la valija de los bordes para luego voltearla y hacer que todo en contenido cayera sobre el colchón.-¡La doblaré!.-

-Eres tan rara...- dijo entre dientes.

-¿Y te das cuenta a estas alturas?.-

-Espero que la familia de acogida te aguante, sería triste que te echaran.-

-¿Pueden echarme?.- pregunté con cierto temor.

¿Y si me echaban a la calle sin nada más que lo que llevara puesto y nada de dinero? No, eso no podía pasar... ¿O sí? No, claro que no pasaría, además, si me agravan me encargaría de portarme terriblemente bien. Así que no podrían echarme de su casa, es un plan infalible... nadie echaría a una inocente y comedida chica.

-No te pueden echar, por dios poupée.- bufó Eva.-A veces me sorprende lo crédula que eres.-

-¿Crédula?.- pregunté levemente ofendida.-¿Yo crédula?.- repetí lista para pelear por mi honor.


DescontrolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora