Cap. 18: Compartiendo con un desconocido

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-¡¿Qué no miras por donde andas hijo de perra?!.- grité sintiendo como me sonrojaba por la tonta rabia que estaba sintiendo, sí soy algo bipolar... por si no lo habían notado.

Volví a gruñir molesta y levanté la vista para conocer la cara del idiota que me había tirado al suelo, y me llevé una no muy placentera sorpresa cuando lo hice. ¿Les dije alguna vez que habían algunos chicos que me derretían? Bueno, este era uno de esos. Este muchacho era mucho más alto que yo, llevaba puesta una remera negra algo desgastada de manga corta, lo que me dejaba apreciar sus atléticos brazos, unos jeans oscuros y en su mano derecha escondía un encendedor. Ladeé mi cabeza para observarlo mejor, sí, estaba algo prendada de él. Su cabello era negro, lo traía algo largo y revuelto, su tez era blanca, no en extremo, y sus ojos eran de una hermosa combinación entre el verde y el color miel. Ok, ya lo amaba, es que no sé... era tan, perfecto. Me miraba con una ceja arqueada, cosa que también me pareció atractiva, luego vi como una pequeña sonrisa se le formaba en el rostro y entonces volví a caer en cuenta de que él había arruinado mi felicidad.

-Idiota, me tiraste al suelo.- le dije sintiéndome molesta, ni su perfección me haría cambiar de opinión.

-Yo no soy el que anda corriendo como loco por los pasillos.- se defendió ¡Ah! Incluso su voz era linda.-Oye... baja el arma.- dijo levantando ambas manos como si se rindiera.

De pronto me di cuenta de que inconscientemente le había apuntado con las tijeras, miré a "Hilda"  por un momento y la escondí en mi espalda mientras le dedicaba al muchacho una disimulada sonrisa.

-¿Es eso... cabello?.- dijo luego mirando mi mano izquierda.

-¡Oh, mierda!.- exclamé por lo bajo.-No, es... utilería del club de... peluquería.- dije, ni yo misma me creía esa mentira.

Me quité la mochila de la espalda y metí en ella a "Hilda" y el largo mechón de cabello que había pertenecido a María Gómez, luego volví a ponérmela y me sentí realizada al recordar mi hazaña.

-Club de peluquería...- repitió él frotándose la barbilla.-A mi me parece otra cosa.- volvió a sonreír al momento que metía sus manos en los bolsillos de su pantalón.

-Bueno, me tengo que ir... y antes de eso, fue tu culpa que yo cayera al suelo.- sólo quería acláralo.

-¿Mi culpa?.- preguntó.

-Sí, eres un idiota que no mira por donde anda y muy poco caballero, ni te dignaste a tenderme una mano para que me levantara.- me quejé mientras comenzaba a caminar.

-Pero si te levantaste rapidísimo.- dijo mientras me seguía.-¿Estabas escapándote de algo?.- pude percibir la diversión en su voz, fruncí el ceño y no le contesté nada.

Sí, el chico era lindo e indudablemente ya me había gustado... pero por alguna razón no me agradaba. ¿Quién sabe? Quizás tengo un octavo sentido y mi instinto me está advirtiendo que es un idiota de los peores, aunque en realidad no haya hecho nada aún...

Seguí caminando mientras él hablaba incoherencias, la verdad creo que lo ignoré todo el camino desde el pasillo hasta llegar al patio trasero, necesitaba relajarme y ese era el mejor lugar para hacerlo. Una vez ahí me senté en las escalinatas de la salida y me quité la mochila de la espalda para luego dejarla a mi lado. Sí... ese lugar era perfecto.

-Oye... ¿y eres de esta academia?.- la linda voz del muchacho me sacó de mi hermoso momento de relajación.

-Dios, eres tan inteligente...- dije con sarcasmo y fastidio a la vez.

-Lo sé.- dijo y se sentó a mi lado.-Es que no te ves como las chicas que suelen venir aquí, esas mimadas que aman el rosa.- explicó.

-Ah.- fue lo único que salió de mi boca, en serio que no tenía ganas de hablar con él.

DescontrolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora