Extra 1 : G (Choi Beomgyu)

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Aquella planta era igual que las leyendas, era una pequeña personita y podía jurar que tenía ojos y boca.

La tomó en sus manos para verla mejor y después volvió a dejarla en mesa. Pinchó su dedo y dejó caer una gota de sangre en su boquita.

Ahora debía de plantarla, según había leído tenía grandes poderes curativos y era lo que necesitaba en ese momento.

Aquella mañana no habían podido diagnosticar su enfermedad, no sabían que tenía pero moría lentamente. Si aún así iba a estar muerto, era mejor intentar comprar unos días más mediante alguna técnica antigua.

Se recostó después de terminar de plantarla, se había mareado. El mundo le daba vueltas y lo único que podía hacer era acostarse.

Entre sueños podía escuchar a la mandrágora pedirle más gotas de sangre, estaba hambrienta, necesitaba energía para curarlo.

Decidió pararse y nuevamente la alimentó, está vez hizo un corte más grande. Le dio más sangre para satisfacerla.

Pero en cuanto se volvió a dormir la mandrágora volvió a pedir más, pedía demasiado pero Beomgyu no podía dejar de escuchar su voz chillona.

Se paró nuevamente y sacó la planta de la maceta, la mandrágora dio un grito desesperado. Era un grito desgarrador, tenía unos pulmones con mucho aire y los oídos del idol reventaron al momento.

— ¡Cállate! ¡Cállate! ¡Cállate! – pidió Beomgyu.

Sabía que la única forma en la que parara sería alimentándola, así que está vez cortó sus brazos. Podía tener la sangre que quisiera siempre y cuando se callara.

Choi Beomgyu había muerto por la mañana desangrado al lado de una pequeña planta inmóvil.

La toxicidad de la mandrágora se encontraba dentro de él por el simple contacto y había bastado solo una gota de sangre para que las toxinas entraran a su torrente sanguíneo causando aquellas alucinaciones.

Al fin y al cabo, estaba destinado a morir.

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ABC de la muerte  | Finalizada |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora