Capítulo once

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No he hablado con Melany durante una semana, la he buscado, la he llamado, le he escrito, pero no responde y la entiendo, está muy dolida. Yo también lo estuviera. Toda la semana me he sentido bien del corazón, me han pegado piquetazos, pero he estado bien, aunque el alma me duele, ¿el alma puede doler? Algo me duele y es emocional. Ello me hizo ver la realidad.

Así que después de una extensa charla con el rector y con los maestros con los que voy a clase; conseguí que me metieran en el programa de estudiantes a larga distancia. Al principio no querían porque no tenía sentido que yo viviera en el campus, cinco minutos caminando hacía los edificios para recibir mis clases, pero les mostré qué día a día se iba haciendo muy difícil. Cada salón de clases y observatorios cuentan con tecnología avanzada para dar clase tanto presencial y en línea porque hay estudiantes que están en la universidad, pero se encuentran en otros países y para eso crearon el programa.

Recibo clases en mi habitación, en la comodidad de mi cama o mi escritorio mientras anoto todo lo importante. Tengo mi habitación limpia, la verdad. Tengo todo ordenado, tengo mi ropa limpia, tengo el mini refrigerador lleno de comida instantánea saludable, botellas con agua y solo salgo en la madrugada ya que estoy evitando a mis amigos.

Si... también hice algo muy innecesario.

El primer día, fui a comprar todos los alimentos, conseguí el mini refrigerador y el mini microondas, también una pequeña estufa eléctrica de una hornilla. Cuando regrese a mi habitación, acomode todo y la verdad es que aún me sobro muchísimo espacio, cabe otra cama, pero no. El punto aquí es que, no salido de mi habitación en todo este tiempo, solo he hablado con mis padres a quienes les he dicho que si mis amigos los llaman (qué pasa todos los días), les mientan sobre mi paradero.

Paulo vino a tocar con Josué muchas veces, me llamaban, pero yo no contestaba, no podían ver que la luz de mi habitación estaba encendida porque puse cosas bajo la puerta que no permiten que la luz se vea, todo es oscuridad, como si me hubiera ido.

Alice vino con Ámbar y se pusieron a llorar rogando que les abriera, llamaron a mis padres, pero ellos dijeron que yo estaba bien, que no me buscaran. Seguían llorando. Me llamaron muchas veces.

Melany no ha venido, pero Alice dice que está muy mal.

Y Jack... Jack viene cada mañana, tarde y noche con un chocolate o dulce que desliza bajo la puerta. Puedo sentir como se sienta en el suelo y se recuesta en mi puerta, yo hago lo mismo sin hacer ruido, claro y me habla, habla sobre su día y cómo está estresado, se queda grandes ratos hablando y muchas veces se ha quedado dormido. Él viene y me habla sin saber si yo estoy en esta habitación o no pero me habla, me cuenta su día y yo lo escucho. Dice que me extraña, dice que está enamorado de mí; dice que me ama. Me pide que le hable, me pide que vuelva, me ruega que le conteste. Me envía mensajes de texto, me llama, deja correos de voz, deja notas debajo de la puerta.

Y juro que quiero decirle que aquí estoy, que estoy escuchándolo, que no se desespere, pero no puedo.

Él dice, "sé que estás ahí, puedo escuchar tu corazón, puedo olerte. Si no quieres hablar con nadie yo lo entiendo, pero te extraño mucho".

Mis padres dicen que, a diferencia de Paulo, Jack les ruega y los va a mirar a su casa para ver si mienten o no. Dicen que ambos tienen su forma de quererme pero que Jack me ama y que Paulo me ve como una hermana. Tienen razón. Ellos dicen que al menos le conteste a Jack porque está desesperado, que está asustado por si he tomado agua, por si he tomado mis medicamentos, por si he comido, si no estoy desmayada en algún lado.

Él es especial.

***

–Tu apariencia ha mejorado hija. –Habla mamá, estamos en videollamada. Yo estoy en el baño porque si me rio nadie escuchará. –Eres hermosa.

Le sonrió

–Me estoy cuidando y la verdad es que no me siento tan estresada, me siento triste por cómo me estoy alejando, pero de salud me siento bien.

Ella mira hacia otro lado para luego volver su mirada hacía mí.

–Se que tomas tu tiempo hija, yo lo entiendo, pero tus amigos están muy asustados. –Me dice con tristeza y agacho la cabeza.

–Lo sé, lo que hago no está bien, pero; solo necesito más tiempo.

Y así seguimos hablando unos diez minutos más, hasta que llega el turno de mi papá.

–Hola mi amor. –Me saluda sonriente. –¿Cómo está la princesa de papá?

Le doy una sonrisa de oreja a oreja. Lo amo.

–Muy bien papá, puedo jurarte que me siento bien. Mis niveles de estrés han bajado muchísimo.

–Si hubiera sabido que era la solución, yo mismo té hubiera encerrado. –Ríe. –Te tengo noticias. –Que sean buenas. –No son buenas noticias para la familia de esa persona, pero si son buenas noticias para nosotros, por más perturbador que suene. Hija, encontramos un corazón. Una joven con muerte cerebral sucedió hoy y su familia está dispuesta a donar sus órganos, acabas de ascender en la lista de trasplantes ya que tus otros órganos se encuentran en perfecto estado y no bebes. –Lagrimea y escucho a mi madre llorar. –Te amo, te amo mi vida. Te prometí que encontraríamos un corazón. –Solloza. –Así que ve al hospital en la madrugada, no te iremos a recoger para no levantar sospechas, pero te estaremos esperando. Se hará mañana en la madrugada, solo deben hacerte algunos exámenes.

Y cuando termina de decir todo, yo comienzo a llorar. Lloro desconsoladamente sosteniendo mi rostro mientras dejo el celular a un lado.

Viviré.

¡Voy a vivir! Maldita sea, yo... ¿es posible qué mi padre tenga toda esa información? Pues sí, es parte de esa gran fundación y encargado de, ay no; tendré un corazón. Estoy feliz, juro que estoy feliz, pero... ellos no están aquí porque yo no sé los permito.

Me despido de mis padres y salgo del baño. Me acuesto en mi cama.

–Un paso a la vez. –Susurro y comienzo a llorar nuevamente.

Aún no me iré.

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Capítulo dedicado a la niña que adoro, por su cumpleaños y porque nena; la esperanza de que el día de mañana será mejor, no debe perderse. Te ama, la mujer tuya. Eliannis_avila

Mi corazón insisteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora