Samara
Despierto.
Despierto pero no lo hago donde cerré los ojos, despierto pero no veo a Jack tirado frente a mi, despierto pero él ya no está aquí. Entonces, ¿dónde está él ahora? ¿Fue una ilusión? No, él vacío en mi pecho me dice que todo fue real.
El dolor punzante en mi cabeza es muy molesto, me mareo un rato pero a medida que la luz se adapta a mis ojos se me pasa, la incomodidad que siento opaca todo lo anterior pero, logro distinguir voces, así que me remuevo.
–Uhm. –Es lo único que sale de mi.
–¿Samara? –Melany. –Ay Samara, tranquila. Tus padres ya vienen en camino... –Su voz se rompe, así que es interrumpida por otra que reconozco a la perfección. La voz de Paulo.
–Tranquila, Mel. Todo estará bien. Samara, ¿cómo te sientes? –Pregunta preocupado. Yo solo quiero vomitar.
Antes de que pueda responder, soy interrumpida por la voz de mi padre casi en un grito hablando con otro hombre preocupado pero con buen porte de traje azul.
–Señor, son sus deseos y como amigos, familiares deben cumplirse. Además, corazón que se encuentre para su hija y sea compatible, corazón que es para ella.
–Es demasiado duro... –Mi papá se pasa las manos con frustración.
–¿Qué está sucediendo? –Mi voz sale en un hilo. –Alguien que me responda porque estoy muy asustada y, ¿dónde está Jack?
La habitación se queda en un silencio sepulcral, Melany suelta un sollozo y Paulo la sostiene intentando no llorar. Mi padre me mira como si se estuviera debatiendo entre sí decirme lo qué pasa o no decirme absolutamente nada. Mi mamá entra a la habitación junto al médico, ambos tienes caras... tristes.
–Hija. –Habla una vez que ve que estoy despierta. –Despertaste. –Dice al fin.
–¿Dónde está Jack? –Está vez hablo más fuerte, quitándome la intravenosa y saliendo de la cama, me mareo un poco pero se pasa rápidamente, estoy de pie frente al doctor. –Si ustedes no me dirán nada como amigos, pues es su deber profesional decirme dónde se encuentra él. –Hablo firme. –¿Dónde está mi novio, doctor?
Si, lo dije.
El doctor de aclara la voz mirando a mis padres pero sabe que ellos no se pueden meter en una decisión que yo he tomado, no pueden distorsionar la verdad. Vuelve a mirarme.
–Él está en un coma inducido médicamente. –Comienza, doy dos pasos hacía atrás. –El accidente fue muy fuerte, ustedes llegaron a la sala de emergencia y de inmediato los reconocí, te atendí primero porque eres mi paciente y dejé a los mejores atendiendo a tu amigo, estaba muy afectado. –Pongo atención a cada una de sus palabras, memorizándolas. –Se pegó tan fuerte que se provocó un hematoma y luego su cerebro... –Se corta. –Lo llevamos a cirugía, todo iba bien pero su cerebro se comenzó a inflamar, le tomaron los reflejos pero ya no había respuesta. –Esto no está pasando. –Tiene muerte cerebral.
Esas tres palabras logran desestabilizar mi mundo entero, él... no. No es cierto. Esto debe ser una broma, él es una persona muy fuerte. Sangró en la escena pero, no fue algo que no haya sucedido antes, se fracturó huesos pero, ¿el cerebro? No, imposible que esté pasando esto.
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Mi corazón insiste
Roman pour AdolescentsSamara Herzt está pasando por sus "últimos meses de vida". Esperar ya no es una opción, ella ya lo acepto pero los demás no. Ella solo quiere ser una universitaria normal pero siempre están los obstáculos y esta vez; no son terceras personas. Esta...