◽CAP-30◽

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Vale no estaba entendiendo la cosa, de repente Logan se había vuelto muy precavido

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Vale no estaba entendiendo la cosa, de repente Logan se había vuelto muy precavido. 

—¿Qué te pasa?—pregunto

—No soy fanático de esta familia.

—Vinimos a recoger a Hannah no a hacer amigos—ruedo los ojos agarrándole del brazo para que se mueva pero sigue quieto.

Niega

—Toca primero.

¿Para eso me trajo?¿Para ser su guardián?

Si es así que malos gustos tiene con mi fuerza apenas puedo protegerme yo. 

De alguna manera logré que avance hacia la entrada. El timbre suena dos veces antes de que una señora casi del tamaño de Logan, rizos marcados color azabache, pómulos altos, nariz aguileña y ojos del color negro más puro nos recibiera.

Me quedo embobada con su color de ojos, pocas personas tenían los ojos completamente negros.

—¿Qué se les ofrece?—cuestiona después de un rato,  me ve de pies a cabeza—Aquí no queremos galletas.

Galletas...galletas...tenia que decirlo.

Mi rostro se calienta al instante, la sonrisa que cargaba por cortesía se congela y tengo que morderme la mejilla interior para suprimir el coraje que invade mi cuerpo. 

Escucho a Logan suspirar detrás de mi y me pone a un lado antes de que explote por llamarme niña exploradora. Se endereza en frente de la señora y ella en respuesta hace lo mismo. 

—¿Otra vez tu?

—¿Dónde esta mi hermana?

—Ya te lo dije esa niña se va de aquí solo con su madre. Por muy hermano que seas no tienes pinta de cuidar niños—espeta viéndolo con desagrado.

Frunzo el ceño creyendo que esa es un argumento demasiado tonto. Mi hermano tampoco tiene pinta de cuidar niños pero las veces que me dejaron a su cuidado lo hizo decentemente. 

Aun así me quedo callada, no queriendo ser parte de la conversación y el choque de miradas. 

—Nunca dije que la llevaría conmigo—dice Logan con esa sonrisa de "ya lo tengo todo planeado", entonces me sujeta de los hombros poniéndome delante de la señora—Ella es mi prima, y se va quedar con Hannah estos días. 

Abro la boca y la cierro seca de palabras. Veo a Logan y me guiña disimuladamente. 

—¿Por qué tu mamá no me notifico nada de esto?—pregunta arqueando una ceja. 

Logan abre la boca para contestar pero entonces palidece y empieza a sudar frio, presiona con fuerza mi hombro cuando una silueta pequeña aparece detrás de la señora Lynch. 

La Tercera RuedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora