◽CAP-14◽

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—¿Me estas diciendo que fue un malentendido?

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—¿Me estas diciendo que fue un malentendido?

Elisse deja de balancearse en la vaya que separaba las graderías con el campo de fútbol. Estaba mas relajada que de costumbre y me había traído aquí con el argumento que después iríamos a comer emparedados.

—No es para tanto. Aunque Bazil no estaba en mi lista, la idea de enrollarme con él no me era desagradable. Lo desagradable era no poder recordarlo ¿Y si fue bueno? o ¿Y si fue demasiado malo?. Me gustaría saber ese tipo de cosas.

¿No recordar?¿Ese era el problema? 

¡Venga ya!

—Además al final no paso nada—agrega encogiéndose de hombros.

—Ni siquiera lo recuerdas—acuso

Elisse es el claro ejemplo de porque uno no tiene que beber y también es el ejemplo que aún sabiéndolo siguen haciéndolo.

—Basil me lo dijo esa mañana. Me desmayé y como no sabia donde estaba mi casa me llevo a la suya. 

Dejo caer mis brazos en la vaya, resignada. Sé que no es la primera vez que esto le pasa y sé que Basil no es el tipo de chico que haría esas cosas. A veces solo me chocaba que fuera tan simplista y confiada en estos temas. 

—De todas formas ¿Qué hacemos aquí? o mejor dicho ¿Qué hago yo aquí?—suspiro apoyando la mejilla en la palma de mi mano—Hoy tengo velada de estudios.

—Me entraron ganas de ver un partido y tu necesitabas apartar la nariz de los libros un rato.

 Suelto un gemido de derrota. Nunca he sido fanática del fútbol como Elisse o Matt

Cuando era pequeña Matt me hacia pasar tardes enteras pegada al televisor viendo partidos de fútbol con él y con papá. A veces cuando sus amigos estaban castigados me hacia jugar con él.

Mamá me conto que él deseaba tener un hermano para jugar. Y cuando nací yo, solo trató que me gustaran las mismas cosas que a él. Me tomó diez raspones para que entendiera que su hermana era un imán de pelotas a la cara y un "no cuentes con ella" en el fútbol.

Más tarde comprendí que no era buena para ningún deporte.

Durante la práctica, Elisse me anima a que apoyemos al portero del equipo, Riley. Es un nombre un poco extraño, pero Dan Fisher no para de repetirlo furioso y Riley no para de fallar en las atrapadas. Estoy segura que si Dan no fuera capitán del equipo ni siquiera seria popular, es muy insoportable.   

Me molesta tanto la actitud de Dan, que animo a Riley lo suficiente para que no parezca abatido, incluso algunas veces se sonrojaba. Eso me hacia sonreír

 ¡Esoo no escuches a Dan!

Cuando acaba el entrenamiento. Las personas de la gradería dejan de animar a los suyos y comienzan a retirarse. Los jugadores se adentran a los vestidores haciendo mucho ruido. Quedando solo las dos.

La Tercera RuedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora