◽CAP-1◽

156 8 6
                                    

Me autoproclamo famosa por caerle bien a todos los profesores que he tenido, mismos que me han asegurado que tendría un futuro prometedor

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me autoproclamo famosa por caerle bien a todos los profesores que he tenido, mismos que me han asegurado que tendría un futuro prometedor. Pero el único profesor con el que he compartido clases desde noveno grado y me ha acompañado desde entonces. Resultó ser el único profesor que no le he llegado a caer bien. Y cada vez que se cruza conmigo seguro lo último que pasa por su cabeza es que tendré un futuro prometedor.

—¡Estas escuchando!—grita como coronel condecorado dirigiéndose a un soldado novato y obviamente asiento como tal. 

El profesor Picket era un amargado.

Lleva con el sermón treinta minutos por dormirme en un cortometraje de la vida marina que solo duraba quince minutos. Siento que le gusta llevarla conmigo, siempre trata de reprenderme por todo, no digo que dormirse en clases este bien, pero definitivamente pararse para recoger un lápiz no es para tanto. Aunque tal vez para el señor Picket si lo sea.

Estoy un poco resentida mi sueño era tan genial. Estaba escapando de una emboscada por las "siete calles de Madrid " junto al capitán Alatriste y Gualterio, llevaba un vestido pomposo con mangas flojas y podía correr con elegancia y velocidad aun llevando tacones !Que guay¡ Eso hasta que me sujetan de los brazos y por debajo de mis costillas siento como mi piel y carne son aprisionadas por dos dedos con mucha fuerza. Fue horrible, como si un asesino en serie te estuviera acuchillando, bueno en este caso era peor.

Me habían pellizcado.

El señor Picket exactamente.

Cuando al fin me da pase libre, agarro mis cosas y salgo a los pasillos no sin antes darle una sonrisa sin dientes, él me envía una mirada de muerte.

Que caso.

Estoy segura que no nos odiábamos, pero nuestra relación no es la mejor, supongo que iniciamos con el pie torcido y ninguno siente interés para intentar acomodarlo.

Es la hora de almuerzo y el pasillo realmente es un desastre. Todos parecían estar en sus mundos y yo la única que se mantiene en este para evitar chocar con alguien. 

Hoy más que nunca había mucho ajetreo, los chicos de último año estaban limpiando sus casilleros. Se gritaban entre ellos; " oye recuerdas esto" y el otro a 4 metros contestaba "si guárdala quiero la copia" o "¡Que buenos tiempos!" Dejar el insti debe ser algo fuerte veo muchos lagrimeando y de cierta forma, pasar por este pasillo lleno de carga melancólica y yo ajena a todo es incomodo.

Pero no podía dejar de ver como unos chicos tiraban a la bolsa de basura, libretas, envolturas, fotografías, post-it sucias, lo tiraban todo. En cambio otro grupo, se había sentado en el suelo con la montaña de papeles al lado, mirando detalladamente cada objeto, considerando si era lo suficientemente bueno para ser guardado. 

Suelto un suspiro ¿En cual de los dos grupos yo estaré?

Mi abuela solía decirme que para "recordar estamos destinados a olvidar". Para ella el cerebro es un almacén y cuando se llena se tiene que vaciar y llenarlo de nuevos recuerdos, es un proceso involuntario que todos hacemos cuando dormimos. Recordamos lo importante y olvidamos lo necesario.

La Tercera RuedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora