◽CAP-21◽

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A caballo regalado no se le mira el diente

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A caballo regalado no se le mira el diente. 

No soy alguien de recibir regalos, sinceramente las únicas veces en las que recibía algo era en Navidad o mi cumpleaños, y la mayoría era regalos de mis familiares. 

Ya saben, regalos sosos como un nuevo par de medias, productos de higiene, perfumes o a veces solo un paquete de galletas que ni siquiera me gustaban. Así que recibir algo de parte de alguien ajeno a mi familia y que me lo de así porque si, me alegraba lo suficiente como para no quejarme. 

Pero este no era el caso. 

Me sentía tan fuera de lugar en estos momentos. Aunque admitía que "El Subterraneo" era de fachada agradable; tenia las paredes en un tono verde menta con cuadros de cantantes famosos actuales. La barra se extendía por todo un extremo del local al igual que sus butacas rojas. Logan y yo nos encontrábamos en el extremo de las ventanas sentados en asientos mullidos del color de las paredes, en la mesa metálica había un servilletero y botellas con diferentes tipos de salsas. 

Un lugar dedicado exclusivamente para la gente joven. Así que siempre había mucho escandalo.  Chicos hablando por lo alto y otros cantando partes de las canciones pop-rock reproducidos por una rocola moderna, eso era lo común por aquí. Pero a mi me estremecía los oídos haciéndome hundir más en mi asiento. Algo que a Logan no le hizo gracia. 

—¿Ahora eres un topo? ¿Por qué rayos sigues hundiéndote en tu asiento? Ya casi ni te veo—dice dejando el menú a un lado. 

—Ese es el punto. Que nadie me vea. 

—A nadie le importa. Todos están en sus propios asuntos.

Ruedo los ojos.

—Pues al parecer sus asuntos no son tan importantes cuando se trata de ti—ambos paseamos la mirada por el local— Todo el mundo te esta viendo igual que en el instituto, es como si no pudieran evitarlo.

—¿Y podrías culparlos?—sonríe dejándose caer con suficiencia en su asiento.

Entrecierro los ojos. 

—Hay que bajarte esos humos en serio. Esto ya comienza a ser toxico—lo recrimino— Narcisista.

—¡Vamos Hansen!—exclama enderezándose— Amarse a uno mismo es el primer paso a la felicidad.    

—Me amo a mi misma—digo automáticamente, como si fuera la única respuesta correcta. Como algo que tienes que decir para no sentir que te estas quedando atrás.  —...Solo me incomoda la atención extra, eso es todo.

—Solo ignóralos no es tan difícil—se encoge agarrando una servilleta y comienza a doblarla

Tampoco es tan fácil. 

Suspiro tratando de ignorar las miradas de curiosidad a mi alrededor, el lugar esta que estalla de lo lleno. 

—¿Podemos irnos a otro lugar? Esto esta tan lleno que para cuando nos atiendan seguro seremos abuelos. 

La Tercera RuedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora