Luego del café decidimos caminar para soltar las tensiones de la conversación y el llanto.
No hablamos de mucho, más disfrutamos del aire fresco mientras avanzamos. Siento un pesar en el estómago, debería decirle de Luz. Pero él me dijo que no quería saber nada aún de lo que viví en España. ¿Por qué me lo habrá dicho? No sé, pero tengo que respetar lo que me pidió. Puedo esperar un poco. Esperé siete años ¿es mejor o peor que espere? ¿Es lo mismo? Soy un desastre.
– Sol – Dice sacándome de mis pensamientos. – No vayamos muy lejos, tenemos que volver por tu auto. – Asiento con la cabeza. Damos la vuelta
– ¿Qué hiciste tú dentro de estos años? – Pregunto para hacer conversación
– No mucho la verdad. – Encoge sus hombros – No sé si me gustaría hablar de estos años, no fueron los mejores. – Se mira los zapatos mientras camina.
– Si yo tuve algo que ver con eso... – La culpa me mata.
– Pará Sol. Ahora estoy bien en serio. – Intenta calmarme, pero sé bien que no pudo ser fácil para él, así como no lo fue para mí.
– Sí, pero la pasaste mal. Y no logro sacarme de la cabeza que pude haberlo evitado – Soy sincera con él.
– No, vos hiciste lo que tenías que hacer – Se pone frente a mí y toma mi mentón. AY – Yo viví las consecuencias de mi decisión. Yo era el único que podía evitar lo que pasó y no lo hice. ¿Está bien? – Asiento con la cabeza. Baja su mano y me toma la mano. Siento que nos queda tanto por hablar, pero no tengo fuerzas para seguir enfrentándome a estas cosas. – Me gusta tu tatuaje nuevo – Dice mirando mi muñeca. Sonrío. Luego de tener a Luz tuve momentos muy difíciles en los que llegué a extrañar tanto a León que lo llamaba en la madrugada y cortaba. Así que decidí tatuarme algo que marcase a León en mí, además de Luz. – ¿Por qué una medialuna? – Se ríe ligeramente. Me quedo en silencio sopesando si decirle o no sobre el trasfondo del tatuaje. Lo miro fijamente.
– Yo creo que sabes bien por qué. – No logro mantener la información para mí y bajo la mirada.
– Yo también te extrañé. – El corazón se me detiene un segundo solo para empezar a latir a mil por hora inmediatamente después. Estamos en medio de la Plaza principal del lugar, la gente camina normal y sin preocupaciones, pero nosotros estamos pegados al piso, mirándonos. El teléfono me suena sacándonos del trance y no era nada. Solo vendedores de Movistar. Me cago en los empleados de call center y sus llamadas oportunistas. De igual forma la llamada me ayuda a notar que se está haciendo tarde y que ya tengo que irme.
– Vamos, es tarde. – Caminamos en silencio de vuelta al coche. No vine a esto, no vine a estar con él de nuevo, no vine a enamorarme más de él, vine a decirle de Luz. Y TODAVÍA NO SOY CAPAZ DE HACER ESO. El teléfono le suena y lo bloquea sin mirar.
Lo dejo en el estacionamiento del colegio para que saque su moto.
– Hay algo que todavía tengo que hablar contigo. No estoy lista todavía, pero quiero que sepas que en algún momento te diré. – Digo sin mirarlo mientras tomo el volante de mi coche y espero que se baje.
– Entiendo, Sol. Trataré de estar listo para escuchar lo que sea.
– Te extrañé. – Digo tratando de aguantar las ganas de llorar que han crecido en mí sin precedentes.
– Yo a vos. No tenés idea cómo. – Cada quien se va a su casa.
Paro una calle antes de llegar y me dejo caer. Nada de lo que siento por él ha cambiado. Lo amo. Y ya no sé qué hacer, me odiará cuando le diga de Luz, jamás querrá estar conmigo así. Yo debí hacerles caso a todos, a Julieta, a mamá, a Diana, a Mati... Lloro todo lo que no había llorado desde que lo ví por primera vez en años. Tengo que conocerlo para siempre. Después de decirle de Luz tendremos que conocernos para siempre... Jamás podré escapar de él. ¿Alguna vez dejaré de sentir esto? ¿Alguna vez podré dejar de sentirlo?

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Nunca es tarde
Lãng mạn"Sé que soy culpable del tiempo perdido y que mi promesa se fue con una canción al montarme en ese avión y hoy vuelvo a encontrarte..." Morat A veces el amor no es suficiente. A veces no es ni el momento ni el lugar, pero sí es la persona. Se dice q...