Tregua

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Viernes 23 de marzo de 2022

Despierto después de una noche repleta de pesadillas. Ha pasado casi una semana desde que le entregué a León la caja con los videos. Algo en mí en ese entonces me dijo que tenía que incluirlo de alguna forma en mi vida y, más importante, en la de Luz.

Me volteo en la cama y tomo mi teléfono para ver la hora. El mensaje de WhatsApp de León me termina por despertar del todo, siento la presión en mi estómago por los nervios de lo que puede ser. Lo abro.

"Terminé de ver todo... Hablemos mañana, hay mucho que me gustaría discutir antes de hablar con Luz. Quiero ser parte de su vida, pero primero quiero hablar contigo. Dime dónde y a qué hora. León"

Dios, ¿terminó todo? ¿Tan pronto? no debería sorprenderme su ansiedad. No ha cambiado ni un poco desde que nos separamos.

Que aún quiera hablarme después de verlo todo y que aún quiera ser parte de la vida de Luz tiene que ser buena señal. Escribo de vuelta:

"Buen día, me alegro que aún quieras hablar conmigo y que quieras ser parte de la vida de Luz. La verdad, si no te molesta me gustaría que fuera en algún lugar privado, en esta pequeña ciudad todos se enteran de todo y no me gustaría que se repartan rumores innecesarios. Dime si te acomoda más tu casa o la mía así veo con quien dejo a Luz. Gracias btw

Sol"

Los nervios empiezan a invadirme. Me visto y preparo el desayuno de Luz.

Nos sentamos a comer y la veo tranquila mirando su pan con sueño.

Mi teléfono vibra.

"Buen día, en tu casa está bien, dejá a Luz con alguien. ¿A las ocho está bien? León"

"Sí, a las ocho está súper. Nos vemos"

Suspiro. Es hora.

– Luz, cariño. Tenemos que hablar de algo. – Suelto con suavidad

– ¿Qué pasa, mami? – Me pregunta con curiosidad

– ¿Te acuerdas a qué vinimos aquí? – Asiente con la cabeza, entusiasmada

– A buscar a papi – Sonríe y es en esa sonrisa que todo vale la pena.

– Sí, así estará cerca y no tendrás que solo hablarle por videos como antes ¿te acuerdas? – Él último video que hicimos fue antes de venir y ha pasado tiempo.

– Verdaaaaaaaad – Su carita resplandece, había olvidado que hacíamos eso y no la culpo, es solo una niña, tiene un concepto de tiempo completamente distinto.

– Bueno, ¿te acuerdas que mami tenía que decirle a papi que era tu papi porque él no sabía? – Asiente con la cabeza – Mami no tuvo miedo y le dijo – Sus ojitos brillan y su sonrisa se amplía – Hay algunas cosas que tengo que solucionar antes de presentártelo, así que hoy te quedarás con la tía Diana ¿Te parece? ¿Puedes hacer eso por mí? – Luz asiente con la cabeza y damos por terminada la conversación.

Nos vamos escuchando Morat, para variar, camino a la escuela.

El día pasa más lento de lo que me gustaría aun cuando tengo muchos chicos de enseñanza media que vienen a verme, puesto que se corrió la voz entre ellos después de que empezara a atender a Daniela. La verdad es que no me molesta, para esto me pagan y me sirve conocer a los alumnos, además, esto era lo que quería cuando estudié psicología, ayudar adolescentes. Yo tuve una adolescencia difícil por una relación que salió muy mal y aunque mis hermanas y madre siempre estuvieron, nunca tuve realmente con quién hablar de lo que me pasaba libremente, así que feliz soy esa persona para estos chicos.

Nunca es tardeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora