Nunca es tarde

Recomienzo

Despierto con ganas y ánimos. Tengo que ir a buscar a Luz porque hoy vendrá León y le diremos a ella que él es su padre juntos. Si todo sale bien, comeremos juntos y ellos podrán conocerse mejor, tal vez jugar algo. Hoy es un día importante.

Me ducho con la música en aleatorio. Suena una canción que no conozco, pero reconozco a Residente de calle 13.

"Hoy el sol no hace falta, está en receso la vitamina D me la das tú con un beso. La luna sale a caminar siguiendo tus pupilas, la noche brilla original después que tú la miras. Ya nadie sabe ser feliz a costa del despojo gracias a ti y a tus ojos"[1]

¿Silvio Rodríguez? ¿Con calle 13? ¿Por qué no conocía esto? Con la voz de Silvio Rodríguez recuerdo que no he llamado a papá en semanas. Crecí escuchándolo con él. Recuerdo los sábados por la mañana cuando los acordes de una guitarra y su voz particular me despertaba, mientras papá ordenaba la casa para comer. Mis padres se separaron cuando era muy pequeña. Con los años dejé de hablar con mi padre, aunque de vez en cuando lo llamo. Un sentimiento de culpa me cae ligero sobre los hombros, pero pronto me siento aliviada, Luz nunca tuvo eso, una mañana con papá escuchando música y ahora sabrá, ahora tendrá esos lindos recuerdos. Menos mal reuní el valor e hice caso a todos. De no haberle dicho nunca sería mucho peor para ella. No es como que un padre sea imprescindible, pero si puedo dárselo a ella tengo que hacerlo, no podía seguir siendo tan egoísta.

Luego de arreglarme le envío un mensaje a Diana para que prepare a Luz y un mensaje a León para que se prepare. Hoy es el día.

Llego a casa de Diana y luego de conversar unos momentos me abraza.

– Mucha suerte. Luz está entusiasmada. Más tarde me pones al corriente – Asiento con la cabeza y sonrío.

Luz va callada en el auto y me imagino que está nerviosa así que en un semáforo en rojo estiro mi mano por al lado y ella me la da fuerte mientras la voz de Juan Pablo Villamil nos canta

"Ya quiero decirle que bailemos, que lo peor que puede pasar es que nos gustemos, que a lo mejor de alguna otra vida nos conocemos. ¡Ay que suerte la mía que hoy te volví a encontrar en este lugar! porque cuando las cosas buenas tienen que pasar, simplemente pasan"[2]

Cuando llegamos León aún no ha venido.

"Avisame cuando lleguen para ir"

Me envió antes de que me subiera al auto. No lo había visto.

"llegamos"

– Papi viene en camino cariño – Le digo mientras la saco de su silla y ella me sonríe mostrando sus dientes – ¿Estás ansiosa, cielo? – Asiente con su cabeza

– Mami estoy muy emocionada – Dice con toda su inocencia y emoción. Se baja del auto y corre a su habitación a cambiarse de ropa. Mientras lo hace, León me llama por teléfono.

– Diga – Respondo

– Llegué. – Noto el nerviosismo en su voz. Cuelgo la llamada y salgo a buscarlo. Me mira con seriedad claramente nervioso.

– Relájate, te va a amar. – Sonrío tratando de calmarlo

– ¿Y eso cómo lo sabés? – Pongo las manos en sus hombros

– Porque ya lo hace. – Lo abrazo y suspira. – Vamos adentro. – León entra y estaciona su moto dentro. Entramos a casa y nos vamos al salón. – Luz, papi está aquí – León abre los ojos de par en par y yo le sonrío – No sabe que eres tú, quería que fuera sorpresa.

– ¡Ya voy! – Grita y pronto se escuchan sus piecitos corriendo en el segundo piso. León, que se había sentado en el sofá, se pone de pie nervioso cual Sr Darcy recibiendo a Elizabeth. Saco el teléfono con disimulo y empiezo a grabar, necesito este momento inmortalizado para el resto de la vida. Luz baja las escaleras y se para en seco al ver a León, que traga saliva. – ¡Yo sabía! – Grita y corre hacia León rápidamente para abrazarlo, León reacciona rápido y se pone en cuclillas frente a ella recibiéndola con afecto. – Yo sabía que eras tú – Dice Luz con lágrimas en sus ojos. León la aprieta a él y llora con emoción. La escena termina por romperme, jamás creí que vería esto y el tener ahora la prueba de que León y Luz serán por fin padre e hija me hace explotar en llanto. Termino el video y espero. Mi lado más egoísta y egocéntrico no soporta no ser parte del momento, pero mi lado más lógico racional sabe que esto no se trata de mí, se trata de ellos. – Yo sabía, papá, yo sabía – León la abraza con más fuerza.