Casi había olvidado la pacífica sensación que la compañía de Ethan me brindaba. Y aunque habíamos tenido miles de problemas, y aún los tenemos, su compañía me había transmitido paz y seguridad por varios años y continuaba siendo así.
Los ojos de Ethan se posan sobre mí, mientras una grave risa abandona su garganta.
—No es gracioso.— replico.
—Claro que lo es.
Nos encontrábamos en un bar, fue el primero que encontramos y se veía bastante bueno, las paredes negras con rojo tenían un aspecto un tanto tétrico, que me hacía recordar al bar de AHS Hotel, todo iba en esa gama de colores haciéndolo lucir fantástico.
Íbamos por la tercera ronda, y solo hablábamos de cosas sin sentido, como por ejemplo aquel día en el que nos conocimos.
—¿Que esperabas? Literalmente era nueva en la ciudad, nueva en el instituto, tu hermana fue mi primera amiga y apareces tú, como salido de un cuento de chicos malos.— exclamo ocultando mi vergüenza.
Sacar el tema de cuando casi me caigo la primera vez que lo ví no iba a mi favor, mi cara ardía de la vergüenza pero resultaba gracioso, al menos para un capullo como él.
—¿Chicos malos? —pregunta bastante divertido.
—Sí, de esos que se visten de negro, fuman tres cajas de cigarrillos al día y que además, lo que tienen de guapos lo tienen de capullos. Y créeme, eres el capullo más grande que conozco
Decirlo tan natural era extraño y ridículo, el alcohol en mi organismo me hacía hablar con mayor facilidad, y creo que a él parecía divertirle eso.
—Gracias.
—¿Gracias por qué?— me quejo, dándole un largo sorbo a mi Cosmopolitan.
—Dijiste que lo que tengo de guapo lo tengo de capullo.
—¿Y?
—Me dijiste que soy el capullo más grande que conoces, por ende el más guapo, y es un placer para mí que me consideres así.— presume, inclinando su copa hacia mí.
Definitivamente es un capullo, uno muy presumido, y él tenía cierto, pero eso no le quita el hecho de que sea un gran capullo.
—¿Sí? Pero no intentaba darte un halago.
—Mejor elección de palabras para la próxima, entonces. —intenta irritarme y lo logra.
—¿Ya te dije que eres un capullo, Ethan?
—Cinco veces en lo que va de la noche. —comenta orgulloso.
—Pues ahora van seis.— le suelto directa.
—Y estoy esperando con ansias la número 7.
Ruedo los ojos, entre irritada y divertida; alguna banda local está cantando de fondo, y aunque había harta gente a nuestro alrededor, no me sentía incomoda, al contrario, me sentía bastante tranquila compartiendo unos tragos con él, que aunque es un capullo, su compañía es muy interesante.
El chico que robaba gatos ya no era más eso, ahora, un es un adulto viaja con regularidad, administrando los hoteles que su familia posee.
—Tengo una pregunta para ti. —comenta observando a la banda tocar.
El ambiente entre nosotros se pone un poco más serio, y aunque dudo, termino aceptado.
—¿Cuál es? Tal vez te la pueda responder.
—En el funeral de mi padre. ¿Por qué te quedaste conmigo?
Lo miro impasible, cuando me preguntó esa noche dije tantas cosas al azar que ni siquiera las recuerdo
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Bajo la lluvia (#2)
RomanceSegunda parte de "Mientras no sea tarde". ¿Que se le dice a alguien que te deja tan desordenado el corazón? América Bax e Ethan Loom, para él, el prototipo de pareja dispareja; para ella, la descripción perfecta de un desamor de adolescencia. Con má...