Bajo la lluvia (#2)

30. La pieza del rompecabezas.

A una semana de confesarle a Dairy lo sucedido con su hermano, en este lapso de tiempo al fin había firmado mi contrato de un nuevo trabajo, y con ello me había cargado de capacitaciones obligatorias que solicitaba la universidad, pero nada demasiado cansado.

Domingo por la noche, una llamada de Ethan ilumina mi celular, y mi día también.

—Hola. —respondo.

—¿Estás ocupada? —cuestiona hago una mueca.

—Estoy ordenando unos documentos que necesito llevar mañana a la universidad.

Un silencio es su respuesta, no lo veía desde hace varios días y la situación estaba algo rara entre los dos, sabiendo que la conversación con su hermana estaba al pendiente.

—Seguiremos sin vernos ¿cierto, América?—su voz se oye sin rastro de emoción, no proyecta nada.

Claro que quería verlo, pero tenía que organizar mi mente primero. Tenía muchas cosas pendientes, y solo necesitaba saber cómo ordenar cada una de las cosas que me atormentaba.

—Ethan...

—Entiendo, tienes cosas pendientes, no descuides eso.

Su voz tiene un ligero tono de decepción.

—Aún no he hablado con tu hermana. —le hago saber, él suelta un suspiro.

—Lo sé, dije que te daría tiempo y no lo estoy haciendo. —aprieto mis labios, sin poder responder, Ethan continúa hablando. —No fue mi intención presionarte.

—Gracias. —atino a responder.

—Lo siento.

—Mañana salgo a las 5, ¿Nos vemos?

—Haré lo posible, tengo una reunión a la que no puedo posponer más.

—De acuerdo

—Iré a ver a mi hermana a su habitación, anoche fue a una fiesta y debo asegurarme que se encuentre bien. Descansa, América, mañana te espera un gran día. —hace referencia a mi nuevo trabajo.

—Gracias, Ethan.

Él cuelga la llamada, y me siento mal al instante. Lo extrañaba, extrañaba su presencia protectora, su mirada segura, la misma que trata de no perderme de vista cada que estoy con él. Lo extrañaba y todo lo que había hecho está última semana había sido alejarlo de mí.

Intento distraer mi mente eligiendo el atuendo que usaré mañana, no había un uniforme para el personal de la universidad, sin embargo se usaba pines distintivos, además de un código de vestimenta. Elijo la ropa que usaré, formal, sobrio y elegante, con discretos accesorios, y aunque eso me demora algo de 30 minutos, no logro conservar la calma.

Necesitaba hablar con Ethan, e intentar alivianar más la situación, sin embargo, al momento de enviarle un mensaje noto que no le llegan, y cuando decido llamarlo me manda directo al buzón.

Irritada, arrojo mi celular al otro lado de mi habitación y agarrando a mi gato lo obligo a acostarse al lado mío para al fin poder dormir.

No logro conciliar el sueño hasta varias horas después, tiempo en el que solo pienso en Ethan y lo mal que todo está yendo. Al despertar no tenía mucha energía, pero me obligo a hacerlo porque el encerrarme en mi habitación no hará que consiga nada.

Además es mi primer día de trabajo, lo cuál era abrumador, porque al ser lunes lluvioso por la mañana, tenía miedo que sea indicio de un mal presagio.

E inicia mal, pese a que ya no nos habíamos visto con Ethan desde hace unos días, aún nos escribíamos, hasta esa misma mañana que no respondió mis mensajes como de costumbre, algo preocupante.