Bajo la lluvia (#2)

20. Nuevos planes.

Haber pasado la noche con Ethan Loom había sido reconfortante, su tranquila respiración me había ayudado a calmar la tristeza que sentía tras la discusión con mi padre.

A las 8 de la mañana del sábado, ya me encontraba despierta, me asusté unos segundos cuando no ví a Ethan a mi lado, pero sentí la calma cuando escuché el agua en la ducha.

Él aún estaba aquí. Eso me hizo sonreír.

Reviso mi celular, no había ningún mensaje de mi familia, tal vez mi madre aún no sabía lo que había ocurrido la noche de ayer.

Unos segundos después, el agua de la regadera de detiene y la puerta se abre. Me reprimo de abrir mi boca con asombro, Ethan salía cubriéndose la parte baja con una toalla blanca, gotas de agua aún resbalan por su tonificado torso hasta llegar hasta la V que cubre la toalla.

—Buenos días. —saluda él burlón, logrando desvíar mi vista de si cuerpo y sonrojándome.

—Buenos días, sí. —respondo con la voz ronca.

—¿Trabajas hoy? —pregunta buscando ropa en su clóset.

—No, solo trabajo de lunes a viernes.

—¿Quieres hacer algo hoy?

Sonrío sin poder evitarlo y asiento, él me mira por unos segundos y me da una corta sonrisa.

—Tomaré una ducha. —mascullo necesitando un baño helado.

—Si necesitas algo no dudes en pedirlo.

Asiento y salgo de la cama, al entrar al baño hago mis necesidades, mientras me quejo en silencio cuando noto que no tengo nada que usar, el vestido de ayer estaba sucio y tampoco traía bragas.

Observo en uno de los estantes del baño, Ethan me ha dejado una toalla blanca, cepillo de dientes rosa, y enjuague bucal, incluso ha dejado también toallitas y tampones, agradezco eso por que soy tan irregular que no se cuándo tendré mi próximo período.

Entro a la ducha, el agua está a temperatura media y al caer sobre mis hombros siento como me relaja, cuando quiero lavarme el cabello veo su shampoo reposar a mi lado y sin dudarlo vacío un poco en mis manos, el aroma me llega al instante, huele a él, una suave fragancia masculina con un toque de menta y no puedo estar más feliz con su aroma impregnado en mí, sucede lo mismo cuando uso el jabón líquido en mi cuerpo.

Antes de salir del baño, me lavo los dientes, la toalla me cubre mi cuerpo y aunque es algo pequeña, me cubre bien mi cuerpo.

Intento peinar mi cabello, está tan largo que se complica hacerlo, así que solo lo seco con mis manos intentando quitar el exceso de agua.

Cuando abandono el baño, en el reloj de la veladora veo que me he demorado más de 30 minutos, en ese instante entra Ethan a la habitación con Kiwi en su tras.

—Lo lamento. —se excusa cuando me ve en la puerta del baño, presionando la toalla contra mi cuerpo. —Pensé que aún seguías dentro.

—No hay problema.

Un toque irónico se escucha en mi voz, no es como si no me haya visto desnuda, aunque haya sido casi 4 años atrás.

Mi gato se acerca a mí, acaricio su pelaje blanco con gris y el lame mis manos, parece tranquilo aunque haya dormido en otra casa que no sea la suya.

—Ya le dí de comer. —me avisa él.

—¿Qué? —pregunto atónita, no me esperaba que él haga eso.

—Atún, no sé que le das de comer, pero hay eso en la cocina del restaurante y parecía hambriento.

—Gracias. —susurro, a mi gato le encanta el atún y que Ethan le haya ya dado de comer significaba mucho para mí.