Capítulo 43

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Allí estábamos las dos, una diosa y mortal mirándose fijamente, una con ropajes limpios y seductores y otra bañada con en sangre y con armadura. En medio del caos y el derrumbamiento de la ciudad, de seguro esta situación a Afrodita le recordaba a Troya.

—Por fin nos vemos las caras, Mariam—Dijo con soberbia Afrodita.

—¿Porqué querías a mi familia muerta?—Pregunté en un tono firme y autoritario— Si me querías a mi, haber venido a por mi desde un principio. Utilizaste a un tercero para matar a unos inocentes, eso me demuestra que eres una cobarde y no das la cara al enemigo.

—¿Quieres que te dé respuesta a tu pregunta?— La diosa de la belleza torció su sonrisa y me miró fijamente—Ares.

—¿Y que tiene que ver él con todo este derramamiento de sangre innecesario?— Fruncí mi ceño.

—¡Tú me lo quitaste pedazo de zorra insolente!— Gritó Afrodita —Él era solamente mío hasta que tú apareciste.

—Yo no pedí que se fuera de tu lado, él tiene la libertad de elegir con quién estar—Protesté— Además, tu puedes tener a cualquier, yo no.

—No te compares conmigo, ni siquiera llegas a las suelas de mis sandalias. No sé qué vio Ares en ti pero a mis ojos eres algo repugnante. Solo le agradas a los dioses por ese dichoso don que tienes, sino, serias una miserable mortal cualquier.

—¿Y tu te haces llamar la diosa del amor? Lo que eres la diosa de la escoria.

El rostro de Afrodita cambió totalmente ante las palabras, su cara se puso en un tono rojizo de la ira al escuchar ese comentario.

—Eres igual que esos perros que hay afuera— Dijo con desprecio Afrodita

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—Eres igual que esos perros que hay afuera— Dijo con desprecio Afrodita.

—Eres igual que esos perros que hay afuera— Dijo con desprecio Afrodita

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—Lo dice la reina del puterio—Respondí con el mismo tono.

—¡Cállate puta mortal!— Gritó cabreada Afrodita.

—¡Obligame zorra!

Ella utilizó sus poderes para hacerme. Si, el amor puede hacer mucho daño en las personas hasta el punto de matarlas. Yo me defendía con mis habilidades que había adquirido durante el tiempo que estuve en Tracia, todos esos duros entrenamientos me han sido de gran ayuda.

Esposa de la GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora