Capítulo 45

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Tuvimos una charla bastante interesante entre las tres deidades. Cada un me informó de lo que hacía y cuales eran sus obligaciones y deberes. Si, dos de ellas se encargaban de dar fertilidad a la tierra y que las cosechas diesen sus frutos para que luego fueran recogidos por la humanidad.

—Todavía recuerdo como si fuera ayer cuando te perdí de mis manos y te busque por toda la tierra—Dijo Demeter mientras tenía en sus manos una granada

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—Todavía recuerdo como si fuera ayer cuando te perdí de mis manos y te busque por toda la tierra—Dijo Demeter mientras tenía en sus manos una granada.

Antes de que fuera raptada por el rey del infamundo. Su primer nombre fue Kore, la doncella joven de Demeter, nunca perdía la vista en ella.

Sabía que muchos dioses se habían fijado en ella, pero ella misma los había rechazado. Y que aquella tarde, mientras ella estaba bajo la supervision de más ninfas, la tierra se abrió y Hades se la llevó con ella al interior.

Gritaba su nombre, la busqué por todas partes y no la encontraba. Descuide mis cargos y dejé que la tierra se fuera esterelizando y que los frutos de los cultivos se echaran a perder. Hécate me ayudó a buscarla, pregunté a Helios y me dijo quien fue el culpable.

Zeus la había regalado a Hades como si solo fuera un objeto, arrebatandola de mi lado sin mi consentimiento. Castigué a Gea por haberse abierto y dejado mi hija estuviera bajo su superficie, le prive de la fertilidad y condené a la humanidad.

Zeus se dió cuenta que la humanidad se estaba muriendo de hambre y mandó Hermes para convencerla pero sólo pedía que regresara a mi lado mi pequeña. De este modo, Hermes viajó al infra mundo y comentó la situación que estaba sucediendo en la superficie.

La tierra se volvió abrir y salió mi pequeña. La tierra volvió a ser fértil cuando regresó a mis brazos pero fue en aquel instante cuando Hades me dijo que había tomado seis semillas de un fruto del inframundo, lo cual hizo un escalofrío recorreria mi espalda al escuchar las palabras de mi hermano.

Yo quería que no se fuera con él para siempre pero llegamos a un acuerdo, parte del año la pasaría a mi lado y la otra mitad en el inframundo.

—Lo sé madre, pero ahora estoy en las mejoras manos en las que podías desear.

—Me habría gustado que te quedaras para siempre a mí lado pero no culpo al destino de que tomaste esas seis semillas de granada, no puedo ir en contra de él. Ojalá haber estado ahí en ese momento y no donde estaba cuando ocurrió.

—Eso también me dije cuando me arrebataron a mi familia—Comenté— No debí marcharme a Egipto, debí quedarme para protejerlos. Ya sabéis como acabaron y sabéis donde están... Demeter siéntete agradecida de que tu hija sale y entra del inframundo, mi familia entró y no ha salido... Y todo por culpa de Afrodita.

—No te tortures más Mariam—Puso su mano Psique en mi hombre con gesto de compresión—Yo también tuve problemas con ella.

—¿Te hizo?—Pregunté con curiosidad.

Esposa de la GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora