Capítulo 20

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“Me había besado”

“Me había besado”

“Me había besado”

—____, ¿me estás escuchando? —Kai soltó el humo que estaba reteniendo en los pulmones, sin dejar de mirarme.

—Para nada. —admití con una estúpida sonrisa en los labios.

El muchacho rodó los ojos con fastidio.

—Déjala en paz, Kai, ¿no ves que está pillada? —Min soltó una risa burlona.

—Es que me ha besado.

Silencio. Pulcro y limpio silencio, mientras tenía las miradas de ambos amigos en mí.

—Te ha besado. —dijo Kai incrédulo.

—Te ha besado. —repitió en teñido.

—Me ha besado.

De nuevo silencio.

—Vamos a comer y nos lo cuentas todo.

Kai insistió y no me quedó otra que acabar cediendo. Les conté con pelos y señales, y casi de forma obligada, todo lo que había pasado en Tailandia.

—Oh Dios —abrió la boca, la cerró y la volvió a abrir—. Es que simplemente, oh Dios.

—Amplía tu vocabulario, Kai. —se burló el otro, provocando que acabáramos riendo a carcajadas los tres.

—Pero, me alegro de que te esté yendo bien con ella.

El moreno bebió un poco de Coca Cola para mirarme después.

—¿Qué vais a hacer ahora?

—¡Oh! Mi madre y SunHee están en casa. —me emocioné al escuchar eso, hacía mucho tiempo que no veía a su hermana y a su madre tampoco.

—Me gustaría pasar a verlas, si es posible. —sonreí ampliamente. Sun era la única chica que había podido considerar amiga.

—¡Por supuesto! Seguro que se alegrará mucho de verte, y mamá también.

—¿Puedo ir yo también? —preguntó tímidamente el rubio. Era cierto que a pesar de que llevábamos muchos años juntos él nunca había conocido a la familia de Kai, y viceversa.

—Claro que sí, Min —aceptó sin la menor duda—. Os podéis quedar a cenar, si quieréis.

Suk y yo nos miramos un par de segundos, para seguidamente asentir al unísono.

Por suerte el tema de Lisa se fue desviando poco a poco, y me alegré de sobremanera, porque me era bastante incómodo hablar de eso ahora mismo, al fin y al cabo, desde que habíamos vuelto a Corea, Lisa no había puesto un pie en casa, lo más seguro que por mí.

Al terminar de comer cada cual pagó lo suyo para irnos por nuestros respectivos caminos. Entrando en casa, o más bien la casa de las chicas, ya que yo de alguna manera sentía que no era de aquí a pesar de los meses que ya llevaba alojada, encontré a Jisoo viendo series mientras comía un cubo de alitas de pollo.

—Ey, estás en casa —afirmó, dejando un espacio a modo de invitación, por lo que tomé asiento a su lado, suspirando fuerte— Mh, no me gusta ese sonido, ¿qué ocurre, bonita?

—Lisa...

Hizo una mueca, para dejar el cubo encima de la mesa e irse rápidamente a lavarse las manos.

—Le gustas —soltó finalmente, yo solo asentí, porque realmente no podía creérmelo—, pero creo que tiene miedo. Primero, de lo que la gente vaya a pensar de tí, lo que vaya a pasar contigo, y ya después de lo que vaya a pasar con ella, su carrera, los fans...no todos estarían de acuerdo, más hate...; También está Yang, hay que tener cuidado, no sabemos lo que puede llegar a hacer, son...muchas cosas, ____, demasiadas, y para Lisa está siendo muy confuso —tomó aire para soltarlo segundos después—. Comprende que a ella jamás le ha atraído una mujer de forma romántica, no sabe cómo sentirse, no sabe si está bien, no sabe cómo va a reaccionar la gente cercana a ella, no sabe nada y eso le está nublando el juicio.

𝐄𝐍𝐂𝐎𝐍𝐓𝐑𝐀𝐃𝐀. || Lisa y tú. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora