Capítulo 6.

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Estaba nerviosa y emocionada. Al fin había llegado el día en el que las chicas darían su concierto. Esperaba pacientemente mi turno para entrar. Finalmente entregué la entrada y los que estaban de guardia parecían murmurar algo.

—Eres la chica de Lisa. Te enviaremos a donde debes ir.

No escuché palabra después de La chica de Lisa. Cómo me agradaba esa idea. Sonreí de forma estúpida, pero la alegría se fue tan pronto como vino.

—¿Cómo que la chica de Lisa, zorra?

Tomé una respiración profunda. No estaba en mi terreno. Esto era de las chicas, no podía montar un escándalo, no aquí, no ahora.

—Te estoy hablando asquerosa.

Ignoré una vez más sus comentarios, pero le lancé una mirada mortal, y de paso me quedé con su cara. Si volvía a molestar se iba a cargar. Me aseguraría de ello. Conocía a las Blinks, y la fama que tenían algunas. Ella no merecía ser una Blink, no tiene respeto por otras.

Me llevaron por pasillos hasta una sala y ordenaron que esperara allí al rededor de cinco minutos. Gruñía frustrada. Me había molestado esa idiota ¿Qué derecho tenía de llamarme zorra? Zorra ella. Finalmente me dirigieron hacia una habitación y me hicieron pasar.

Jesús, María y el Espíritu Santo.

Lisa estaba de muerte. Su antes cabello castaño ahora era negro como el carbón, y seguía igual de largo. Demonios se veía jodidamente sexy.

—Ey —saludó acercándose a mí con soltura— ¿Todo bien? —frunció el ceño ligeramente agachándose a mí altura, colocando ambas manos sobre sus rodillas.

—Sí —arqueó una ceja despacio—. Bueno, vale, está bien, no.

—Lo suponía, ¿qué ocurre pequeña?

—Ah, ah, ah, frena el carro Lalisa —hizo una mueca de confusión—. No te voy a decir nada hasta que termines el concierto.

—Pero...

—Sin peros, ¿sí? Lo que menos quiero es distraerte.

Suspiró aceptando mi propuesta. Y menos mal que lo hizo, porque con la mirada tan intensa que me estaba dando, sumándole la ropa y el nuevo look, mi cerebro estaba dejando de funcionar con claridad.

—Está ardiente, ¿no crees? —susurró Rosé por detrás de mi oreja.

—Estáis, querida —corregí con una sonrisa juguetona—. Lo vuestro no es normal —gemí llevando los ojos al cielo— ¡Sois espectaculares maldición!

Jisoo soltó una risilla sonrojada. Sonreí por eso. Me gustaba hacerle sentir bien.

—Bueno, hora de salir a brillar. —alertó Jennie confiada.

Me despedí de ellas y de nuevo el guardia me guió hasta mi puesto, bastante cerca del escenario.

Cuando sonaron las trompetas supe que empezararían con Kill this love. Todo parecía estar en silencio, no escuchaba nada más que sus voces y la música a todo volumen.

•••

Fue lo más impresionante que había visto en corta y mísera vida. Porque las cosas como son, eso es mi vida hasta que ellas me recogieron.

Me dolía la garganta y los pulmones ardían de lo mucho que había gritado durante el concierto. Me sabía bastantes canciones suyas para lo poco que llevaba a su lado.

Una vez más me llevaron al camerino de Lisa. Tenía una ligera capa de sudor que le recubría el cuerpo. Su característico flequillo seguía intacto.

𝐄𝐍𝐂𝐎𝐍𝐓𝐑𝐀𝐃𝐀. || Lisa y tú. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora