[Vi que el anterior
capítulo no obtuvo
tantas visitas como
el resto, ¿hice algo
mal? :( Perdón.]Asegúrense de que todos los pasajeros llevan el cinturón abrochado para despegar....
No quería admitirlo, pero estaba aterrorizada. La única vez que cogí un vuelo fue para venir a Corea desde América, y me pasé una hora y media llorando y haciendo berrinches porque odiaba la sensación.
Rosé, Jennie y Jisoo se habían sentado en los asientos de tres de la izquierda, mientras que Lisa y yo íbamos en los del medio que, cómo podéis imaginar, eran de dos. Idea de la genia de Chaeyoung.
Lisa tomó mi mano en durante el despegue, pues me había notado nerviosa.
—¿Ves como no era para tanto? —susurró Jisoo con media sonrisa.
Le sonreí de forma forzada.
—Oye, relájate... —Lisa trazó círculos pequeños con su pulgar en el dorso de mi mano, haciendo que los latidos de mi corazón disminuyeran considerablemente.
Cuando estuvimos el el aire me sentí más relajada. Pensé que viajaríamos en clase Business, pero acabaron por colocarnos el la media. Al menos no era la baja, dónde no cabías ni en los asientos. Estuvimos contando una ronda de chistes, hasta que finalmente Rosé, Jennie y Lisa se durmieron.
Lisa. Apoyada en mi hombro. Su cabello rozando mi piel.
Noté cómo mis pulsaciones se dispararon, notando tirones en la vena del cuello.
—Si no te relajas, acabarás desperándola. —dijo algo divertida.
—Está sobre mí. —gruñí bajito para no despertar a nadie.
—Ya te gustaría.
Entendí rápidamente a lo que se refería. Jisoo era una traidora. Desde que lo sabía, me dejaba en evidencia cada vez que podía, y que Lisa no escuchaba.
La hora y media restante la pasé viendo vídeos que me había descargado de YouTube en el móvil. Sin mentir, la mayoría eran videos de Lisa bailando, o conciertos de Blackpink en High Definition.
Al llegar, desperté a la tailandesa con cuidado. Por una parte quería que ese momento durara eternamente, porque sentía su respiración tranquila haciendo cosquillas en mi cuello. Era de las pocas veces que estaba tan cerca de ella sin poner algún pretexto o excusa de por medio, lo típico de «tengo frío» «calor corporal» y todo eso.
Bajamos por puertas separadas, aunque me encantaría hacerlo con ellas, tenían colas de fans esperándolas y no sería una buena idea que nos vieran juntas.
Pero creí que mi pulso se había parado por un momento, cuando más bien era todo lo contrario. El pulso se disparó en mi cuerpo, dando como resultado una taquicardia. La presión sanguínea subía rápido y la adrenalina recorrió mi cuerpo como un rayo. Había visto a un chico agacharse para sacar fotos, y casualmente todas las integrantes llevaban falda.
Me acerqué a pisotones y, apartando a los fans, conseguí agarrar el móvil del sujeto, y seguidamente el cuello de su camiseta, apretando.
—¡Oye! ¿Qué demonios te pasa?
Hablaba coreano, me haría las cosas más fáciles.
—¡No! —gruñí entre dientes— ¡¿Qué demonios te pasa a tí!? ¿¡Eh!? ¿Te crees que no te he visto pedazo de idiota? —reforcé el agarre, apretando con la otra mano el teléfono.
El “mánager guapo”, de Blackpink, apodado así por los fans, se acercó a nosotros, ya que estábamos armando un escándalo. No me importaba demasiado, a demás, me conocía.
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𝐄𝐍𝐂𝐎𝐍𝐓𝐑𝐀𝐃𝐀. || Lisa y tú. ©
ФанфикElla me encontró. Me salvó de mi infierno. Me ayudó a superar mis miedos. Pero lo que ninguna de las dos sabíamos es que, sin darnos cuenta, nos ayudábamos una a la otra a enamorarnos. El amor creció a la par que el miedo, pero eso no nos impidió...