—¿Nos vamos ya? —me gritaba una JiSoo algo impaciente.
Puse los ojos en blanco, terminando de atar mis zapatillas. Decidí no responderle y bajar las escaleras, ya lista de una vez.
—¿Nis vimis yi? —repetí de forma molesta, provocando una carcajada por parte de la más mayor.
—Eres todo un caso —decía, negando con la cabeza—. Anda, vamos.
—¿Estás segura de que quieres ir con la regla?
Sonreí ante el tono de preocupación de Lisa. Dejé un rápido beso en sus labios, antes de confirmarle que estaba todo bien.
—Iuhg, no comáis delante de los pobres. —esta vez fue Rosé, haciendo una mueca de disgusto.
—¡Rosé! Déjalas en paz. —Jennie le lanzó una mirada de reproche. Me hacía gracia cuando pasaban estas cosas.
Nos despedimos una vez más para por fin salir de casa. La cosa marchaba de maravilla, pronto las chicas tendrían vacaciones de Navidad, su álbum seguía siendo todo un éxito, y estaban contentas con su propio esfuerzo. Los medios no sabían absolutamente nada de lo nuestro, y tengo la ligera sospecha de que el señor Yang se huele algo, pero que su respuesta no será negativa. Es un viejo estúpido y amargado, pero creo que lo dejará pasar. Espero.
—¿Cómo...? ¿Cómo vas con el tema de tu padre? —preguntó JiSoo con cuidado.
Me tenés un poco. No estaba acostumbrada a que me preguntaran por eso. Ella, naturalmente, lo notó, y acarició mi cabeza con cuidado.
—Voy...más o menos. Hago lo que puedo para saber lo que hace pero mantenerme alejada de él. Aunque, sé que actuará en un momento u otro y eso no me deja dormir bien por las noches.
Hizo una mueca visible, entrando ya al local.
—No lo pienses mucho, ahora estás con nosotras, ¿vale?
—Lo sé, y os lo agradezco.
—¡Hola JiSoo!
Mi mirada se desvió con avidez hacia la voz. Musculada, cabello recogido, y parecían ser buenas amigas.
—YooKyung, ¿cómo has estado?
—Perfectamente —se sonreían complacientes—, ¿y esta chica de aquí?
—Oh, soy ____, un placer.
—YooKyung, el placer es mío —ambas hicimos una leve inclinación—. Soy la entrenadora de yoga de JiSoo, ¿te la has traído para que pruebe?
—Así es, ¿sería una molestia?
—¡Para nada! Vamos a ver qué puedes hacer.
Espera, ¿qué?
[...]
—¡Ay, au!
—Relájate, respira —me instruía con cuidado—. Sino va a ser imposible que bajes más que ésto.
Gruñía frustrada. Yo no sabía que tenía tan, tan poca flexibilidad. Definitivamente Kai no me había enseñado esto para el Kick boxin.
JiSoo se encontraba en dos especies de...¿tiras? ¿Sábanas? Sujeta por los pies y totalmente abierta de piernas. Mierda, ella lo hacía de maravilla, estoy segura de que lo había practicado demasiadas veces ya.
—Vale, de acuerdo, te ayudo a bajar.
Se lo agradecí y cuando mis pies tocaron el suelo, sintiendo un alivio instantáneo al tener las piernas cerradas.
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𝐄𝐍𝐂𝐎𝐍𝐓𝐑𝐀𝐃𝐀. || Lisa y tú. ©
ФанфикElla me encontró. Me salvó de mi infierno. Me ayudó a superar mis miedos. Pero lo que ninguna de las dos sabíamos es que, sin darnos cuenta, nos ayudábamos una a la otra a enamorarnos. El amor creció a la par que el miedo, pero eso no nos impidió...