Capítulo 12.

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[Capítulo dedicado a
Noeliapottah , por dedicarme
palabras de aliento, y ayudarme
a que me dé cuenta de que mis
historias valen la pena. Te quiero <3

No es por fardar, peeero, me han traído THE ALMUB y estoy demasiado contenta. Feliz navidad a todxs. Un beso y un abrazo.]

Estaba enamorada de Lalisa Manoban.

Ahora ya lo tenía claro, eso debía ser algo bueno, ¿verdad?

Y una mierda.

Cuando algún fan se le acercaba, ardía de celos, cuando se pegaba a mí empezaba a balbucear cosas incoherentes, haciéndola reír. Parecía estúpida. Casi que estaba mejor sin darme cuenta de aquello, porque ahora todo lo sentía muchísimo más. Debía calmarme un poco y aclarar las ideas, y sobretodo, hablarlo con alguien.

Rosé fue la primera persona que cruzó mi mente. Definitivamente debía hablarlo con una chica, o a unas malas, con Min, pues ese teñido era más gay que yo, aunque su apariencia musculada y su forma de vestir denotaban lo contrario. Seguí pensando en Rosé hasta que la vi cruzar el pasillo con un bowl de papas.

—¡Rosie! —hablé rápido, inmediatamente me sonrojé porque no sabía cómo decirle todo ésto— ¿P-podemos hablar en privado un momento?

Jennie subió la cabeza alzando una ceja de forma interrogante.

—¿Piensas volver a irte?

Negué rápido con la cabeza como un cachorrito arrepentido. Ella asintió conforme y volvió a lo suyo. La rubia dejó el bowl sobre la mesa y tomó mi muñeca, guiándome hacia su habitación. Ambas tomamos asiento a los pies de su cama.

—¿Y bien? —colocó un mechón detrás de su oreja. Rosé era preciosa, las ondas de su cabello estaban perfectamente cuidadas, su piel le contrastaba con los ojos, y sus labios tenían el grosor perfecto. Tal vez en otra vida, en una en la que no existiera Lisa, podría enamorarme de ella, pero eso no sería una vida para mí.

—Yo...ehrm... —removí las manos nerviosa, después apreté los puños y finalmente las llevé a las sábanas para enrredar los dedos. Rosé las tomó entre las suyas y les dió un leve apretón— A mí...me gusta alguien. —solté finalmente, mordiendo el labio inferior.

—¿Y ese alguien es...?

Relamí mis labios y sentía que la voz no salía. Tenía miedo, tenía un agujero en la boca del estómago y quería vomitar la comida de ésta tarde. Roseanne lo debió de notar porque empezó a acariciar los dorsos de mis manos con sus dedos. 

—Lisa... —susurré a media voz y temblé al pronunciar su nombre.

Park literalmente se lanzó sobre mí provocando que ambas cama. Ella empezó a besar varias zonas mi cara repetidamente.

—¡Sí, sí, sí! ¡Lo sabía! —repitió al borde de la felicidad, pero yo no estaba tan feliz.

—Pero... —pasé saliva pesadamente— Lo nuestro no va poder ser... —apreté fuerte los dientes.

Rosé se detuvo y me regaló una sonrisa algo triste, para acariciar mi mejilla despacio.

—Cariño, ¿a tí te importa que Lisa sea famosa? ¿Es eso lo que te impide quererla?

—¿Qué? Oh por Dios ¡Por supuesto que no, Rosé! Yo jamás vi a Lisa como una celebridad, jamás os vi así a ninguna, ¿de acuerdo? —ella asintió comprensiva mientras yo me disponía a seguir— Solo, sé que la empresa no os permite tener parejas.

𝐄𝐍𝐂𝐎𝐍𝐓𝐑𝐀𝐃𝐀. || Lisa y tú. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora