Capítulo 17: Lord Hordak

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Lord Hordak sonrió.

Hacía meses que no sonreía, por lo que los músculos faciales se quejaron cuando los colocó de esa manera tan antinatural en su rostro. Pero había motivos para estar contento. No le tomó mucho tiempo entender cómo funcionaba el dispositivo de almacenamiento de audio. Al fin y al cabo, era un ingeniero de primera. Por puro deleite, tocó otra vez el botón:

Bitácora, día uno cero cinco, ¿o uno cero cuatro? Bah. El último experimento tuvo un par de errores pero no fue un completo fracaso. Hice importantes descubrimientos: ¡El disco era más poderoso de lo que yo imaginé! Con unos cuantos ajustes, seguro el siguiente experimento será un éxito...

Hordak se irguió en su alta estatura y se colocó las manos detrás de la espalda. La tirante sonrisa congelada en su cara, le costaba mantenerla. Mientras tanto, la gangosa voz continuó hablando desde la grabadora:

Bitácora, día uno cero siete. Los experimentos están resultando tan desafiantes como emocionantes. La tecnología de Los Primeros extraída de la mina de Dryl tiene un potencial increíble. Todavía no descubro todo su poder pero, si mis cálculos no fallan, este bebé le podría dar energía a todo el castillo sin tener problemas. ¡Es fascinante!

Lord Hordak experimentó algo más que deleite cuando volvió a escuchar eso último. Un objeto de los Primeros que podía darle energía a un reino rebelde entero. Las grabaciones se siguieron reproduciendo mientras él se volvía hacia la computadora central. 

Tecleó una sola palabra: Dryl.

La pantalla le lanzó imágenes del castillo que sus tropas habían tomado hacía unas semanas. Cuatro informes sin leer saltaron en rojo, ocupando todo lo que quería ver. Él gruñó, golpeando la mesa. Abrió el primero. Era del capitán inútil que estaba administrando el castillo conquistado. Caracterizaba como "tenebrosos e impredecibles" a los robots con los que se topaban cada día. También insinuaba que no se habían descubierto todas las salas del castillo porque su estructura era "caótica e impredecible".

Caótica e impredecible, la sonrisa de Hordak terminó por desdibujarse. El supremo líder de la Horda detestaba lo caótico e impredecible. No se molestó en ver los otros informes. En ese momento, su mente volvió a prestar atención a la grabación:

"Bitácora, día ciento veintiuno. ¡Hoy quemé el circuito eléctrico de la sala central! La energía del disco es cada vez más fuerte de lo que pensaba. Tuve que moverme a una sala secundaria de manera provisoria para continuar con los experimentos. Varios robots me están ayudando a reparar los daños. ¡Nunca había visto tanto poder!

El pulso de Hordak empezó a latir más rápido. Su cabeza se giró hacia las cápsulas criogénicas improvisadas que había construido hacía tantos años. Todos esos fracasos acumulados, uno tras otro. Luego su mirada fue hacia los prototipos de los portales, destruidos por su frustración hacia unos meses. Una idea empezó a ronronear en su cabeza, suavemente, como la voz de la rebelde de Dryl. ¿Qué tal si con el poder de ese disco podía dar vida a sus proyectos? ¿Qué tal si esto era la llave para volver a ponerse en contacto con...? ¿Sería posible siquiera?

La perspectiva de finalmente conseguir su objetivo le llenó de saliva la boca. Tenía que averiguar más sobre esta rebelde. Ella claramente tenía el conocimiento para lo que él necesitaba. ¿Quién era? ¿Dónde estaba? Tecleó en la computadora para verificar la información que contaba sobre la princesa de Dryl. 

Nombre: desconocido.
Ocupación: desarrollo y elaboración de armas para la Alianza Rebelde.
Aspecto: peligroso y excéntrico.

Gruñó otra vez. ¿Cómo podía ser que sus subordinados tuvieran tan poca información para ofrecerle? Incluso la fotografía de la princesa decía poquísimo sobre ella. Era una imagen ampliada a más no poder que mostraba a dos brazos violetas agarrándose de una torre. No, no eran brazos. Hordak acercó sus ojos rojos a la pantalla: era cabello. Cabello color violeta.

Defensoras de Luna Brillante: She-Ra Universo AlternativoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora