Capítulo 6: El asedio de Dryl pt. 2

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Ella tosió. Bow sabía que estar tan cerca cuando despertara podría ser peligroso. Sin embargo, la escena era tan familiar que parecía imposible que la chica hubiera sido despojada de sus recuerdos. Cuando enfocó los ojos en él, tuvo que contener la respiración, si no se le saldrían los pulmones por la boca. Todo pareció detenerse por un momento.

Se quedaron mirando.

—¡Ah! —exclamó Adora, asustada, intentando separarse de Bow.

—¡Adora! —gritó Catra desde algún lugar.

Bow alcanzó a soltar a la chica antes de que la hordiana surgiera del humo y lo golpeara en la cara. El arquero resopló dolido mientras se llevaba una mano a la cara. Por poco no le había roto la nariz. El humo se terminó de ir. Bow observó la escena: la hordiana, mirándolo con una expresión sanguinaria, estaba en posición defensiva delante de She-R... Adora. Distinguió la insignia verde de capitán en el pecho.

El mareo del golpe se disipó cuando se percató de que corría el riesgo de ser despedazado por la capitana hordiana. Sintió el reconfortante contacto de su arco en la mano izquierda. Supo, no obstante, que a esa distancia no le serviría de mucho. La velocidad de Catra era sublime. Trató de no quitarle un ojo de encima mientras pensaba qué hacer.

Una gota le surcó el lateral de la cabeza. Movió lentamente los ojos de la capitana a She-Ra. Ese fue su error. Catra dio un alarido y saltó hacia él con las garras en alto. Bow supo que era su fin.

¡JUICH!

No se sentía muerto. Abrió los ojos, que no recordaba haber cerrado y los enfocó en una red mágica había salido de la nada y atrapado a Catra, pero no por mucho tiempo. Aprovechó la oportunidad. Se incorporó y corrió hacia las almenas. Spinnerella y Netossa se le unieron.

—Gracias —soltó Bow a la pasada mientras tomaba el auricular. Netossa asintió con determinación—. Entrapta nos vamos. ¿Dónde estás?

—Pero Bow aun me falta la descarga de los archivos de mi experimento con el cristal de Los Primeros, y también el prototipo de...

BOOM

Se giraron. La sólida puerta de Dryl acababa de recibir un cañonazo.

—Entrapta nos vamos, ahora.

—Pero...

—¡Ya!

Bow rogó que la científica no se distrajera, cosa que era científicamente improbable.

Otro bombazo explotó contra la puerta de metal. Abajo el humo se había despejado. Se podía distinguir a Kyle forcejeando para sacar a su capitana de la red. Desde el suelo, Catra miraba fijamente a Bow. Un escalofrío recorrió la espalda del arquero. 

Entonces, unos motores hicieron acto presencia detrás de ellos. Malas noticias, los aerodeslizadores habían regresado. Bow preparó el arco, pero Spinnerella se adelantó y con sus poderes hizo que una ráfaga desestabilizara las naves, que como ya venían sobrecargadas de los soldados salvados de la caída, tuvieron más problemas que antes.

El tercer disparo derribó por completo la puerta de Dryl. Al mismo tiempo, Catra terminó de desgarrar la red y rugió en dirección a ellos. Bueno, no fue exactamente un rugido, fue un grito grave que daba miedo. Y habría dado más miedo si hasta hace dos minutos no hubiera estado rasguñándose a ella misma y a Kyle intentando lberarse de la red. 

Un ejército de soldados hordianos atravesó la puerta entre vítores y gritos de guerra. Bow nunca había visto un contingente tan grande. Algunos robots les arrojaron sus últimas municiones improvisadas. El tanque disparó de nuevo y golpeó la torre de Dryl. Ésta se tambaleó y el fuego empezó a extenderse.

Defensoras de Luna Brillante: She-Ra Universo AlternativoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora