Mermista se puso en acción. Llamó a su general, quien estaba al costado del trono, y le dio instrucciones. Acto seguido, tomó su tridente y enfiló hacia la puerta con determinación. Primero Glimmer y luego Perfuma se aprestaron para ir tras ella, pero Mermista se dio cuenta y frenó su marcha.
—Ah no —dijo negando con el dedo índice—, nada de ayuda de la Alianza. Puedo sola.
Luego salió como un maremoto, cerrando la puerta en sus narices.
Glimmer refunfuñó y se giró buscando a alguien que tuviera ganas de contradecirla. Nadie le dio el gusto. SeaHawk se había recuperado de su momentánea lividez y observaba la bahía desde la ventana sin cascada. Aún enojada, se acercó al lugar con Perfuma detrás.
Dos buques de guerra hordianos se adentraban hacia la Puerta del Mar, el gigantesco epicentro mágico de la muralla natural de las Salinas. Los barcos tenían potentes cañones, pero no parecían una amenaza. Incluso disparando a toda potencia, tardarían años en derribar la poderosa puerta reparada por... Glimmer dejó caer los hombros, esfumándose toda su rabia. La Puerta del Mar había sido reparada por Adora.
La silueta de Mermista cruzó el muelle hasta llegar al agua. Sus soldados se apostaron en varios puntos detrás de la Puerta. Eran combatientes cuerpo a cuerpo, sus tridentes y redes no servirían contra los barcos.
Glimmer observó impotente como Mermista avanzaba por el agua alzándose en un mini-tornado acuático. Apuntó su tridente a las naves y dos olas enormes golpearon contra sus proas. Eran disparos de advertencia.
Como toda respuesta los barcos vaciaron su munición contra la puerta, sin generar muchos daños. Glimmer frunció el ceño. No tenía sentido.
—¿Por qué la Horda se arriesgaría a atacar la Puerta del Mar sólo con dos barcos? —preguntó Perfuma.
Más y más soldados de las Salinas se apostaron alrededor de la puerta a la espera de órdenes.
Mermista elevó las olas y comenzó a chocar sin cesar contra los barcos. Estos se fueron escorando peligrosamente. Aún así, los siguientes disparos apuntaron nuevamente a la puerta. La reina de las salinas aprovechó el tiempo de recarga para atacar con todo su poder y terminar por dar vuelta ambos barcos.
Sesenta metros de metal tostándose con la luz diurna de las lunas era un espectáculo interesante. La mayoría de la gente se acercó ahora que era el peligro había pasado. Vitorearon a su reina cuando regresó a tierra firme. A lo lejos, Glimmer y compañía observaron cómo la silueta de Mermista se encontraba con la de su general. Momentos más tarde, algunas barcazas de rescate salieron a buscar a la tripulación de los barcos.
Había sido demasiado fácil. Una batalla de menos de cinco minutos. Decenas de prisioneros para tomar. Los hordianos nunca atacaban a no ser que pensaran que podrían ganar. Esto era muy impropio de su parte.
—Algo anda mal —confirmó SeaHawk.
Glimmer salió corriendo con Perfuma hacia el puerto. Detestaba no poder teletransportarse, la gente bajaba por las escaleras talladas en el arrecife y dificultaba el paso de las princesas. Ya en el muelle se hizo imposible llegar a Mermista. La luz de las lunas junto con su ropa mojada parecían bañarla en una especie de brillo de poder. Era una escena heroica, la reina victoriosa rodeada por su pueblo.
—¡Mermista! —gritó Glimmer para hacerse oír sobre la multitud—. ¡Algo anda mal, esto no tiene sentido!
De alguna manera Mermista pudo oirla y le dedicó una mirada furibunda. Las personas que estaban cerca de su reina se giraron, serios, para detectar a quien había hecho enojar tanto a su reina.
ESTÁS LEYENDO
Defensoras de Luna Brillante: She-Ra Universo Alternativo
Fiksi Penggemar¿Qué hubiera pasado si Shadow Weaver hubiera logrado borrar los recuerdos recientes de Adora? Este suceso, que casi ocurre en el capítulo 9 de la temporada 1, podría haber desencadenado verdaderas catástrofes. ¿Qué va a hacer la rebelión sin su...