Capítulo 12: El cerco pt. 2

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Alzó un brazo para que el escuadrón se detuviera. A nadie se le ocurrió desobedecerle. Se acercó al grueso tronco de un árbol y lo trepó para ver mejor lo que había delante. No pudo evitar arrugar la nariz.

Un conjunto de edificaciones con formas grotescas, pintadas de rosa chillón, le daban la espalda. Si la princesa de Luna Brillante, Glitter, fuera arquitecta probablemente diseñaría casas horribles como esas, pensó Catra.

Vislumbró algunos guardias, pero lo que Octavia le había mencionado era cierto: los hordianos los superaban en número. Era llamativa la diversidad entre los soldados. La Rebelión no tenía uniformes homogéneos, pero hoy resultaba casi vomitivo. Algunas tenían la típica túnica con los tres colores de Luna Brillante: blanco, cian y violeta. Otros llevaban armas de cuerpo a cuerpo pero iban vestidos con ropas anchas y cómodas para el trabajo en los bosques. Y otros llevaban los colores chillones de Taymor sin "h". La tropa estaba desperdigada mirando la plaza principal donde niños y niñas jugaban.

El plan se formó en su mente con una rapidez satisfactoria. Bajó del árbol de un salto y miró a su escuadrón.

—Tú, el del cañón —dijo señalando a un soldado fornido—, vas a disparar a cada una de las casas apenas dejes de vernos.

El soldado asintió asegurando el cañón al suelo.

—Octavia, llévate la mitad del equipo y monten un ataque por el lado oeste, avisen si llegan refuerzos rebeldes —Octavia asintió a regañadientes y empezó a decir algunos nombres—. El resto, conmigo, montaremos la fiesta principal. ¿Alguna pregunta?

Nadie dijo nada. Catra sintió que una energía recorría cada nervio capilar de sus brazos, se sentía bien, realmente bien.

—Muy bien, muévanse —ordenó.

¡Estaba dando las órdenes al fin! Sin Shadow Weaver molestando, sin Adora para llevarse el crédito. Sólo eran ella y los rebeldes... y los superaba en número.

Avanzaron cada grupo por su lado, resguardándose detrás de arbustos y árboles pequeños. Le ofrecieron una porra eléctrica pero ella la rechazó, necesitaba las manos libres. En cambio accedió a tomar prestados unos prismáticos.

Enfocó la vista y vio la plaza principal donde estaba la mayoría de la gente. No parecían la gran cosa. Entonces algo le llamó la atención, una guardia con ropas reales cruzó corriendo el lugar para encontrarse con...

Imposible.

La princesa de las flores y flechitas estaban aquí.

Un cañonazo surcó el aire. Fue como si el estallido hubiera activado la función "caos". Los rebeldes se movilizaron aleatoriamente en cualquier dirección. Catra se olvidó de su reciente sorpresa: era el momento perfecto. Se lanzó a la carrera sin esperar que su equipo la siguiera y ellos, obedientes, la siguieron. La visión de Catra se transformó en un túnel. No podía ver todo lo que ocurría a su alrededor. Eso le pasaba cada vez que entraba en batalla, su cerebro sólo se concentraba en las cosas importantes.

Algunos rebeldes salieron a hacerles frente. No tenían armadura completa.

Catra saltó sobre el primero arañando su armadura y dejándolo en el suelo. Allí le propinó un fuerte golpe en el casco, en la zona de la nariz.

El rebelde no volvió a levantarse.

Catra reconoció que sus soldados lo hacían increíble. No necesitaban ser asistidos ni protegidos como Kyle. Eso era nuevo. Además, no tenía que preocuparse por cuidar el trasero de Adora, para que Shadow Weaver no la castigara. Escuchó otro cañonazo y fue como música para sus oídos. 

Defensoras de Luna Brillante: She-Ra Universo AlternativoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora