Intentó correr tan rápido como hacía unos minutos. Ni siquiera respiraba como debía, sólo pensaba en llegar. Alzó la vista y distinguió la bruma oscura y rojiza cerniéndose a su alrededor. No había vuelta atrás, Shadow Weaver estaba aquí. Tenían que escapar y, además, volver con gloria, o el castigo sería terrible.
Frenó para doblar en otro recoveco. Las luces verdes le iluminaban la cara y el aire tenía un sabor metálico que se le metía por la nariz y la boca. Finalmente, llegó a la compuerta. Lógicamente, estaba cerrada. Así que se apresuró al panel del control del costado, a la par que casi se rompía el cuello vigilando detrás suyo. Sentía el latido de su corazón, palpitando como si fuera a salirse del pecho y correr él mismo.
El código, el código, el código.
Unos ruidos la distrajeron. Cosas metálicas cayendo al suelo. Un alarido y un gruñido... que no venían de la misma persona. Observó expectante el oscuro pasillo: algo se acercaba. Pareció tardar tanto que Adora sintió que no estaba haciendo nada. Miró el panel, luego atrás, luego el panel, luego a Catra saltando por su vida para no ser atrapada.
—¡Abrela! —vociferó a lo lejos.
Adora se volvió bruscamente y marcó el primer código que se le vino a la cabeza. La pesada compuerta se abrió con fuerza y lentitud a la vez. La luz del exterior se coló en el pasillo, dejando en ridículo al tono verdoso de las paredes.
—¡Ciérrala, ciérrala! —gritó Catra prácticamente en cuatro patas.
Quizás alguien más no habría entendido, pero Adora sí entendió el pedido de Catra. Apretó el botón para cerrar mientras pasaba del otro lado. La luz del día le picaba los ojos, pero pudo distinguir a Shadow Weaver. No se parecía en nada a la Shadow Weaver que le había practicado el refuerzo mágico hacía unas horas.
Nunca la había visto tan furiosa. Un aura oscura la elevaba varios metros sobre el suelo. La oscuridad tenía su propio centro gravitatorio: Un tubo perdido, un casco roto, una bandera hordiana y cientos de cosas más flotaban en el aire. Catra luchaba por salir, mientras que la puerta cada vez dejaba una espacio más y más pequeño.
"Estúpidas compuertas, por qué tenían que ser tan... eficientes", pensó Adora.
Ella se posicionó entre ambos lugares y centró toda su fuerza en cesar el avance de la maquinaria que ella misma había puesto en marcha, lo cual era irónico, pero no había tiempo para pensarlo. Cerró los ojos y apretó la mandíbula. ¿Funcionaba? Abrió un ojo y casi perdió la esperanza. Catra se agarraba de un milagroso caño junto con una bandera para no caer presa de la tormenta oscura de la comandante.
¿En qué había pensado Adora al gritar así? Se odió a sí misma. Ni siquiera habría manera de fingir que era todo una broma. Shadow Weaver no atendería a razones.
—¡Catra! —gritó Adora con impotencia.
Ella no la miró. El esfuerzo de soportar la succión debía de ser agotador.
—¡No mereces esa insignia! —vociferó Shadow Weaver. Su voz sonaba amplificada y distorsionada. Daba auténtico miedo.
Una mano de Catra se soltó del tubo. Adora sintió el gruñido a pesar de no poder escucharlo por el terrible viento que atravesaba el lugar. Apretó más los dientes en su heroico intento por frenar el mecanismo. No sabía de dónde sacaba la fuerza pero sentía lo estaba consiguiendo. ¿Eso a su alrededor era brillo? Se concentró en el motor, que emitía un ruido espantoso, casi peor que Shadow Weaver.
Entonces Catra hizo algo, que más que temerario, fue estúpido. Agarró la bandera que volaba por el aire con la mano suelta y se dejó succionar por la oscuridad. Adora no alcanzó a reaccionar. Todo pasó demasiado rápido. Shadow Weaver también se sorprendió, la tormenta pareció cesar por un segundo. Catra descendió sobre el lugar en donde debía ubicarse la nariz de la comandante, con tanta fuerza que la tormenta se detuvo por completo. Con un estruendo espantoso todo cayó al suelo.
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Defensoras de Luna Brillante: She-Ra Universo Alternativo
Fanfiction¿Qué hubiera pasado si Shadow Weaver hubiera logrado borrar los recuerdos recientes de Adora? Este suceso, que casi ocurre en el capítulo 9 de la temporada 1, podría haber desencadenado verdaderas catástrofes. ¿Qué va a hacer la rebelión sin su...