Capítulo 16: Fuga en la Zona del Terror pt. 2

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Mientras pasaba por un ventanal que mostraba la bahía de vehículos, escuchó unos ruidos de motores. Adora se acercó al vidrio reforzado y distinguió un vehículo que descendía al suelo. Adora, a pesar de lo que le había dicho Shadow Weaver, no pudo evitar sentir un hilo invisible que la tironeaba del pecho. Moría de ganas de ir al frente, en cualquier transbordador que la llevara. 

¿Y si intentaba hacer como Catra? Lo meditó un momento. Acto seguido descartó la idea, bajando la cabeza. No se veía capaz de engañar a un piloto de la Horda para que la llevara a donde quería. Sólo Catra era capaz de hacer ese tipo de cosas y Adora la envidiaba con creces por ello. Siguió su camino hacia el salón de entrenamiento, nuevamente escuchando sus propios pasos.

Esa mañana el otro sonido que se escuchaba en los pasillos de la Zona de Terror era un tenúe ronroneo. Una vibración que sonaba permanentemente. Ella siempre la había adjudicado a la actividad de la ciudadela, pero hoy no había casi nadie. Una vibración que se asemejaba a la de un animal dormido. La mente de Adora se desconcentró y por algún motivo, se empeñó en recordar la conversación que había tenido con sus compañeros la noche anterior, cuando volvieron de la misión a la que Adora no pudo ir por órdenes de Shadow Weaver.

Rogelio, Kyle y Lonnie habían irrumpido en la habitación, riendo y comentando algo sobre un robot con pantuflas. Lucían agotados, pero también risueños tras el largo día que pasaron en Dryl. De repente repararon en Adora. Ella estaba en su cama jugueteando con su bastón de guerra que la había acompañado durante toda la jornada. Los tres se quedaron callados. Sólo Kyle, un poco avergonzado, atinó a decir algo:

—En realidad no fue tan divertido. ¡Casi muero dos veces!

Adora hizo un gesto para restarle importancia al hecho de que habían estado en una misión y ella no. Aunque sí le importaba. Mucho. 

—No se preocupen, me alegro que hayan podido disfrutarlo —contestó.

Los hombros de toda la habitación se relajaron, aunque las risas no volvieron.

—¿Qué hiciste durante todo el día? —había preguntado Kyle subiendo a su cucheta.

—O mejor aún, ¿por qué sigues despierta? —había apuntado Lonnie.

"Porque tengo pesadillas en la noche", quiso responder Adora pero obviamente fueron otras las palabras que salieron de su boca:

—Entrenar ya no me cansa como antes. 

Lonnie se le acercó y le pinchó un hombro con la uña. Adora se quejó.

—Se ve que estuviste entrenando mucho —comentó Lonnie ignorando su quejido.

—Como sea, ¿qué pasó en Dryl? Quiero saberlo todo —dijo Adora cambiando de tema, mientras se refregaba el hombro y ensayaba una sonrisa mecánica.

Por suerte se lo tragaron y le contaron la historia entre Kyle y Lonnie con algunos gruñidos ocasionales de Rogelio. Luego de eso se quedaron dormidos. Mientras escuchaba sus respiraciones, Adora no pudo evitar pensar en lo sola que se sentía. Quería poder confiar en alguien que también confiara en ella. Quería dejar de ser débil.


Salió de sus pensamientos mientras doblaba en un recodo. Se detuvo un segundo para pensar a dónde iría. Cuando vio una sombra moverse en la penumbra de los corredores. Frunció el ceño. ¿Quién, además de Shadow Weaver, Lord Hordak y ella, estaría en la Zona del Terror? Avanzó rápidamente para descubrir a la sombra.

—Hola —llamó—, ¿hay alguien ahí?

La sombra se quedó paralizada un momento, luego se lanzó a la carrera. Adora no perdió un segundo y la persiguió.

Defensoras de Luna Brillante: She-Ra Universo AlternativoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora